El fallecido emigró hace 14 años desde Cochabamba. El ministro de seguridad de Buenos Aires tiene dos hipótesis: un mal accionar policial o un enfrentamiento entre grupos que se disputan terrenos
Rodolfo Orellana Zapata (37), conocido entre sus allegados como ‘Ronald’, era cochabambino, que tenía cinco hijos (el menor de nueve meses, dos niños de 5 y de 8, y dos niñas de 11 y de 13 años). Desde hace 14 años radicaba en el vecino país, al que llegó en busca de mejores días para su familia, pero la madrugada del jueves su sueño quedó truncado, contó a EL DEBER Leandra Mamani, su esposa, que quedó a cargo de sus cinco retoños.
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Ronald recibió un tiro, que ingresó por la espalda y salió por la nariz, durante una represión policial en la zona de La Matanza, en Buenos Aires, por el intento de toma de unos terrenos que están en conflicto.
El boliviano y su esposa eran miembros de un centro comunitario en el cual colaboraban con trabajo (albañilería, jardinería, limpieza de terrenos, cocina y otros), al que asisten unos 200 niños de la comunidad boliviana en Buenos Aires. Además, Ronald, que había hecho solo la primaria en Bolivia, estaba estudiando en la escuela nocturna para obtener su certificado de primaria el próximo año y luego buscar el bachillerato.
Ángel Orellana, primo del fallecido, indicó que ahora los hermanos de la viuda, además de él y de otro primo de Ronald, buscan la forma de ayudar a los dolientes y esperan la llegada de los padres del fallecido.
Una amiga de Ronald que lo conoció de cerca lo describió como “un hombre colaborador con su comunidad, amoroso con su esposa y sus hijos”, y dijo que, en su opinión, cree que su muerte derivó del “engaño” en que cayó él y otros miembros de la comunidad boliviana por parte de gente en la que confiaron para poder tener un terreno propio donde construir sus casas.
Disparo y muerte
Ronald estaba a cargo de los emprendimientos textiles de la Organización Libres del Pueblo-CTEP (Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular), entre varios otros proyectos, contó a EL DEBER su compañero Diego Marcus, la madrugada del jueves había acudido a un predio junto con un grupo de 100 personas de forma espontánea y aclara que la toma no la promovió la institución a la que pertenecen.
“Sobre por qué nuestros compañeros se sumaron a la toma, podemos decir que la mayoría alquila piezas de dos por cuatro (metros) por montos cada vez mayores; la necesidad es muy fuerte. Las tierras a las que fueron son fiscales, y en el lugar encontraron a dos patrulleros de la Policía Bonaerense, con una persona de civil”, detalló Pablo Puebla, miembro del movimiento en el que militaba el boliviano victimado, a Página 12.
En la refriega, Ronald cayó herido y sus últimos momentos de vida fueron registrados en videos donde se lo ve ensangrentado y sus compañeros tratando de reanimarlo.
Otras personas fueron heridas con balas de goma y hubo cuatro detenidos: Mirian Calizaya, Alanes Coria, Wilson Delgado y Hugo Vedia, que fueron trasladados a diferentes comisarías.
“De los detenidos, tres son bolivianos y uno es paraguayo. Ya deberían haberlos liberado, pero siguen presos. La mujer tiene un bebé de dos meses de nacido y los policías la tienen encerrada sin dejar que amamante a la criatura”, dijo Marcus.
Informe de las autoridades
Según Página 12, el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, reconoció que la muerte de Ronald pudo haber sido consecuencia de “un mal accionar policial”. No obstante, el funcionario consideró que esta hipótesis no es la única. La otra es la que da el gobierno de María Eugenia Vidal, que afirma que “fue un enfrentamiento” entre vecinos.
Por otra parte, Ritondo echó por tierra el primer parte médico, que una herida de “arma punzante” había provocado la muerte de Ronald Orellana, y coincidió con el procurador bonaerense, Julio Conte Grand, quien confirmó que el crimen ocurrió por un balazo de plomo.
En entrevista al canal C5N de Argentina, Conte dijo que, según la autopsia, la muerte de Orellana se debió a un proyectil que ingresó por el omóplato y salió por la nariz. Dijo que no se puede determinar el calibre, aunque se lo intentará en función de los orificios de entrada y salida, además que las pericias dirán si fue a corta o larga distancia.
Explicó que los terrenos estaban custodiados por policías que no portaban armas letales, aunque con posterioridad se acercaron dos patrulleros y se está investigando. Acotó que se están recabando testimonios, como el de la médico que dijo que lesión era compatible con elemento punzante.
Fuente: eldeber.com.bo