Cochabamba: salvando Huellas rescata perros y gatos maltratados para curarlos


Desde hace un año el refugio Salvando Huellas rescata perros y gatos abandonados y víctimas de maltrato.El centro tiene hoy 36 mascotas, la mayoría canes, que “viven como hermanos”, comentó una de las voluntarias y fundadoras de la organización, Virginia Ordoñez.El principal objetivo es salvar a las mascotas en situación de calle y heridas. El refugio cubre los gastos de alimentación, cobija y las acompaña en su proceso de sanación de infecciones, heridas y enfermedades.“Comenzamos rescatando un perrito cuando ocurrió el desborde en Trojes, en Tiquipaya, del río Taquiña. Ya cumplimos un año. Todos los días cocinamos cuatro kilos de menudencias, una cuartilla de arroz y bastante verdura para darles de comer a todos, a veces nos donan croquetas y les damos también eso, pero una bolsa grande no nos alcanza para un día por la cantidad de mascotas que tenemos”, dijo.El refugio no tiene un límite para atender mascotas, pero Ordoñez considera que no es conveniente incrementar la cantidad de animales para que no haya hacinamiento. Además, por ahora están en un terreno alquilado, en la Taquiña, en Tiquipaya.Los seis gatos que están en el refugio conviven a diario con 30 perros. Comen juntos, beben agua del mismo plato y muchas veces duermen bajo el mismo techo.“Entre ellos no pelean y los gatos también comen junto a ellos, a veces juegan. Creo que todo pasa por cómo los cuiden y eduquen para que puedan vivir juntos”, comentó.Las responsables de Salvando Huellas son cuatro voluntarias: Virginia Ordóñez, Cynthia Rojas, Helen Ordoñez y Costa Soto, quien es madre de Virginia y Cynthia. Todas corren con los gastos de recuperación de las mascotas que llegaron hasta el refugio recolectando aportes y con la venta de galletas.Las responsables contaron que en el primer año de funcionamiento lograron dar en adopción a 50 mascotas.“Para conseguir recursos económicos, nosotras hacemos galletas, gelatinas, calendarios y salimos a las ferias a vender”, explicó.“También recibimos donaciones de todo tipo y hacemos venta de garaje, pero no nos alcanza y, como tenemos actividades particulares, también ponemos de nuestro dinero, sobre todo para pagar los gastos de veterinaria”, dijo la responsable del refugio.La encargada de cocinar todos los días para las 36 mascotas es Costa Soto. Recordó que su hija Viki comenzó a recuperar a los perritos desde hace un año y poco a poco se fueron incrementando hasta llegar a 30 perros y seis gatos. Además, contó que, cuando la comida tarda en enfriar, les tienen que dar croquetas.El refugio promociona sus actividades mediante su página del Facebook Salvando Huellas. Gracias a ella, algunas personas llegan hasta el refugio para dejar sus donaciones. También apelan a sus amistades, quienes van comentando sobre las necesidades y actividades que tiene la organización.“Una amiga me comentó sobre este refugio, me encantan los animales y por eso siempre intento dar algo de lo que tengo”, dijo Nataly Siles, quien llegó hasta el centro con platos, juguetes y dos colchones para las mascotas.Las necesidades en Salvando Huellas son muchas por la cantidad de mascotas y el poco presupuesto.Muchos animales llegan heridos, atropellados, con infecciones o heridas. Su atención y curación demandan recursos para cubrir los servicios de veterinarios y medicamentos.Cochabamba registra una explosión demográfica por la sobrepoblación de animales domésticos, que alcanzan un promedio de 650 mil para 1,9 millones de habitantes, lo que significa que existe un gato o perro por cada tres personas en el departamento.APUNTECada mascota llega con una historiaEn la organización Salvando Huellas viven 36 mascotas, cada una llegó con una historia de abandono, maltrato o un accidente, según Virginia Ordoñez.“Él es Fugaz (señala al perro), le pusimos ese nombre porque fue difícil atraparlo. Pese a que tenía gran parte de la cabeza infectada, no podíamos agarrarlo para poder hacerle curar. Ahora está bien y estamos buscando un hogar para que se recupere por completo”, cuenta Ordóñez.Al igual que la historia de Fugaz, la encargada de la fundación dice que recuerda la historia de cada una de las 36 mascotas.

OPINIONES



«Siempre hay personas de buen corazón que nos apoyan y creo que todos estamos en la posibilidad de ayudar a este tipo de organizaciones. Nosotros también recibimos donaciones y otro tipo de artículos que después los vendemos.

Virginia Ordoñez

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Voluntaria

«Vine con mis amigos Víctor Dávila y Valeria Montealegre porque a ellos también les gustan mucho las mascotas y reunimos todo. Trajimos platos y juguetes para que los animalitos se distraigan, dos colchonetas para la época de frío que ya se avecina.

Nataly Siles

Donante

Fuente: lostiempos.com