Balduino de Bélgica, y su prometida, Fabiola de Mora y Aragón (a la izquierda), posan en los jardines del Castillo de Ciergnon, con sus familiares, después del anuncio oficial de su compromiso matrimonial. Detrás, la princesa Lilian de Rethy (junto a Leopoldo de Bélgica) toma de la mano a la princesa María Esmeralda.Las notas personales del ex primer ministro belga Achille Van Acker revelan la preocupación que la relación provocó en el Gobierno, que llegó a espiar sus llamadas
La relación complicada con Fabiola
“Lilian y Balduino fueron al Tirol en un tren nocturno, compartiendo el mismo compartimento de literas”, escribió el ex primer ministro, según HLN. Esa presunta relación alteró a los miembros de su gabinete, de acuerdo con esas notas, que incluso llegaron a interceptar llamadas telefónicas entre ambos en las que el quinto rey de los belgas prodigaba muestras de amor tales como “soy tuyo” o “no te dejaré jamás”.La historia, en cualquier caso, acabó cuando a finales de esa década Balduino conoció a Fabiola de Mora y Aragón, con quien contrajo matrimonio. Una biografía publicada hace tres años por Olivier Defrance revela que Fabiola tuvo una relación complicada con Lilian, quien desde el principio asumió que nunca llegaría a tener el título de reina. En cambio, ese mismo libro relata que Balduino sí tenía una correspondencia fluida con su madrastra, quien pasó sus últimos años de vida en la localidad valona de Waterloo.Los documentos de Brujas han causado revuelo en una sociedad acostumbrada a la agitada vida de sus actuales monarcas. Hasta tal punto que la hija de la princesa Lilian, Esmeralda de Bélgica, ha tenido que salir al paso de esa historia en una entrevista en Paris Match. Notablemente molesta, recuerda que esos rumores ya corrieron por Bruselas hace dos décadas. Y su madre, fallecida en 2002, acabó enterándose todo cuanto se contaba sobre su relación con su hijastro. “¡Esta es la acusación más vergonzosa e injusta!”, sostiene que dijo entonces. Y ahora opina lo mismo sobre unas habladurías que considera “inconsistentes” y “carentes de evidencia”. Las notas de un primer ministro, en cualquier caso, han reavivado una historia que parecía ya muy lejana para los belgas.
Fuente: elpais.com