El 30 de abril, el deslizamiento de 800.000 m3 de tierra, escombros y residuos sólidos, arrasó con 80 hectáreas y causó el colapso de 68 viviendas en las tres zonas, además de la muerte de cuatro personas.
Cientos de personas a la intemperie un mes después del deslizamiento en La Paz
«Poco a poco la ayuda está disminuyendo y es lo que nos preocupa como campamento, somos como 200″, remarcó.La ayuda que en los primeros días de aquella desgracia era continua por parte de la población paceña, ahora escasea y temen que las donaciones se acaben y ellos continúen en las carpas.Acuña pidió celeridad para que pronto los damnificados puedan ser acreedores de una vivienda como prometió el presidente, Evo Morales, en su visita al campamento.»El presidente dijo que la vivienda era un regalo para nosotros y lastimosamente los técnicos piden y piden requisitos», señaló el representante.Por su parte, el secretario ejecutivo de la Alcaldía de La Paz, Álvaro Blondel, declaró que el trabajo de esta entidad durante este mes ha sido arduo para dar soluciones a todos. «Estamos trabajando, estamos avanzando y estamos generando soluciones, hemos sido muy claros que las soluciones iban a llegar poco a poco», expresó.El secretario explicó que se trabaja tanto para atender a damnificados como para estabilizar el área afectada.Hasta ahora se logró reducir de cuatro campamentos a tres, que albergan a 450 familias en total, y esperan que en los próximos días puedan regresar a sus viviendas unas cien que fueron evacuadas preventivamente.El presidente Morales entregó durante varios días viviendas sociales, pero luego la atención mediática decayó y por el momento solo 29 familias fueron afortunadas.Blondel advirtió de que entre los afectados también detectaron quienes intentan «mentir» o «engañar» para ser acreedores de una vivienda.»Se les ha aclarado en varias oportunidades que si tratan de engañar o mentir, como en algunos casos, van a perder estos beneficios», sentenció.La estabilización del lugar durará meses, en tres fases, y el espacio afectado, de unas ocho hectáreas, se convertirá en un área verde para evitar nuevos asentamientos ilegales, ya que parte de las construcciones estaban sin permiso sobre un antiguo basurero, una práctica común entre familias de pocos recursos en La Paz.
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Labores de búsqueda
Tras quince días de búsqueda de cuatro desaparecidos no lograron encontrar los cuerpos y se podría declarar el lugar un camposanto.La zona es una de las 36 de riesgo de deslizamiento identificada en la ciudad andina, situada a una media de unos 3.600 metros de altura, con cerca de un millón de habitantes y una orografía complicada que acumula estos episodios casi desde su fundación hace más de cuatro siglos.
A un mes del deslizamiento en Kantutani, 548 familias aún viven en carpas
Hoy se cumple un mes del deslizamiento que afectó a los barrios San Jorge Kantutani, Inmaculada Concepción y 14 de Septiembre, y 548 familias, —propietarios, inquilinos y anticresistas de las franjas amarilla, roja, verde y azul— aún viven en carpas.
Ayer, la Alcaldía publicó las listas de los afectados en los tres campamentos que acogen a los evacuados. El subalcalde de Cotahuma, José Quiroga, explicó que las listas eran una demanda de los afectados, las cuales deberían ser consensuadas entre la Alcaldía de La Paz, el Viceministerio de Defensa Civil y la Agencia Estatal de Vivienda (AEVivienda).
“Hemos publicado las listas que fueron entregadas a Defensa Civil el 14 de mayo, identificando a los afectados por franjas y a los que están incluso fuera de ellas”.
El 30 de abril, el deslizamiento de 800.000 m3 de tierra, escombros y residuos sólidos, arrasó con 80 hectáreas y causó el colapso de 68 viviendas en las tres zonas, además de la muerte de cuatro personas.
La Alcaldía identificó otros 22 inmuebles, 20 de los cuales empezaron a ser demolidos para estabilizar el área (franja roja); 26 viviendas continúan siendo monitoreadas (verde), y 53 fueron evacuadas con carácter preventivo (azul).
De las 548 familias, 189 vivían en la franja amarilla, es decir, del área deslizada (42 en anticrético, 40 en alquiler, 106 propietarios y un cuidador). En la roja, 63 familias (16 inquilinos, 15 anticresistas y 32 dueños), en la azul, 147 familias (35 arrendatarios, 28 anticresistas, 7 predios cedidos, 1 prestado y 76 propietarios) y en la verde, 46 (21 en alquiler, 2 cedidas y 23 propietarios).
Los grupos familiares que no están en ninguna franja, pero fueron evacuados, suman 103 (15 inquilinos, 22 anticresistas, 11 predios cedidos, uno prestado, un cuidador y 53 propietarios).
“Con seguridad van a haber algunas observaciones de los vecinos, pero estamos dispuestos a atender las dudas”, dijo Quiroga.
Tras la conclusión de la primera fase del nuevo trazo del alcantarillado que realiza la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS), y la reposición de servicios, la municipalidad espera la disminución de la cantidad de albergados.
El subalcalde sostuvo que no se descarta instalar casas prefabricadas para que quienes se queden en los campamentos afronten el crudo invierno que se avecina. “Estamos obligados para mejorar las condiciones del campamento”.
José Pacheco, secretario municipal de Gestión Integral de Riesgos (SMGIR), refirió que en el área deslizada todavía hay gente que efectúa el rescate de enseres.
“Estamos trabajando en el flanco izquierdo para la habilitación de la obra hidráulica sobre el río Cotahuma”. La tarea más urgente, añadió, es la reconducción del sistema de alcantarillado.
Con los trabajos en las fases 1 y 2 se prevé que al menos 100 familias que habitan en 70 viviendas podrían retornar a su hogar hasta mediados de junio.
En 14 de Septiembre, los trabajos culminarían el 6 de junio, en el sector de los Puentes Trillizos, el 13 de junio. “Para los trabajos en el tercer sector, entregaremos a EPSAS un estudio geológico para que, con esa base, presente en cuatro días un perfil de proyecto para rehabilitar el servicio”.
Además de las demoliciones, en la parte baja del área deslizada se hizo una cuña pasiva en el lugar que colinda con el río Kantutani y con apoyo de maquinaria se trabaja en el sector medio con el cambio del material. “También se está realizando el peinado en los taludes para retirar lo que queda de los escombros”, manifestó.
Penurias. Incomodidad en las carpas para los estudiantes, hacinamiento, el azote del frío que provoca enfermedades, falta de alimentos y de apoyo son algunos de los problemas que se mantienen en los tres campamentos.
Roberta Aguilar, del albergue Fígaro, indicó que desde hace unos días comenzaron a poner cuotas para pagar el gas y la compra de algunos alimentos.
“Nos mantenemos en una carpa con otra familia entre 10 personas, es incómodo”.
Marcelino Mamani, del campamento Libertad, que vive en una tienda con otras dos familias. “Hay incomodidad para los niños, no es lo mismo que una casa”.
Paulina Laime perdió su vivienda donde vivía con sus cuatro nietos. “El frío y la lluvia nos ha afectado. Ahora los ratones están apareciendo. Queremos que nos den una solución”.
En los tres albergues se llevan a cabo ollas comunes para preparar los alimentos. La Razón intentó conversar con las damnificadas encargadas de cocinar, pero una funcionaria edil lo impidió.
En tanto que en el campamento Libertad informaron que cocinan al día para 300 personas, aproximadamente, mientras que en el de Emaverde, la olla común llega a 100 platos por día. El 5 de este mes, la Alcaldía suspendió la campaña de recolección.
La Razón intentó comunicarse con el viceministro de Vivienda, Javier Delgadillo, para conocer los avances en las soluciones, pero se encontraba en reunión. 27 familias propietarias obtuvieron una vivienda en los condominios Libertad y Pacha.