Desde el proyecto “Graphene Flagship”, financiado por la Unión Europea, nos comentan el éxito que han tenido completando experimentos de gravedad cero.Han estado trabajando en varios vuelos parabólicos de gravedad cero para probar dispositivos novedosos de gestión térmica de grafeno para aplicaciones espaciales. Las propiedades únicas del grafeno pueden mejorar significativamente su rendimiento, y la gestión térmica es esencial para que los satélites y otros equipos funcionen correctamente en el espacio.Cuando ponemos un satélite en órbita, vemos que la diferencia de temperatura entre los dos lados de un satélite puede variar en más de 200 grados centígrados, ya que un lado da al Sol y el otro no. Para eliminar el calor no deseado y evitar la falla del equipo se requiere el uso de un tubo de calor de bucle para disipar el exceso de calor, y es ahí donde entra el grafeno.Los tubos de calor de bucle enfrían los dispositivos e instrumentos electrónicos utilizando el calor que generan para evaporar un líquido en un dispositivo que generalmente está hecho de metal poroso. En el caso de este experimento, se recubrirá con grafeno para mejorar la transferencia de calor entre las unidades electrónicas y el fluido.