El periodista boliviano afirma que el acceso a la información “es siempre difícil en todos los gobiernos” y que él busca ir más allá de las ruedas de prensa.
Guider Arancibia Guillen, periodista del diario El Deber, afirma que investigó muchos casos y que no sabe si eso le incomodó al ministro de Gobierno, Carlos Romero. El lunes, el comunicador denunció que fue amedrentado por esa autoridad, quien le llamó tras la publicación de una nota relacionada con el caso narcopolicías.¿Cómo ocurrió el amedrentamiento que sufrió?El 6 de mayo, cuando Medina revela que el ministro le dijo que por una decisión política él había sido ratificado en el cargo y otras cosas más, recibo una llamada a mi celular corporativo del periódico, cerca a la una de la tarde. Era una secretaria del Ministerio de Gobierno y me dice que me iba a pasar con el ministro, y yo le dije “cómo no”.Y como se escucha en el audio, él está un poco molesto, quizá estaba confundido, no sé, pero yo le respondí con el debido respeto a una autoridad o como a cualquier ciudadano.Entonces, lo único que yo hice fue ratificarle, en cada momento, que no existe ninguna mala intención, que nosotros no hacemos política, somos periodistas y que nuestra base de la publicación es el acta de audiencia.¿Qué sensación experimentó después de lo que le dijo la autoridad?Cuando me llamó el ministro sentí una paz increíble. Tenía una seguridad, porque sé lo que estaba haciendo, que el sustento mío es totalmente responsable, a través de un documento. Recibí la llamada y no me impresioné porque yo lo conozco a él, siempre en el ámbito del respeto.Pero creo que el ministro, por su investidura, si él se vio molesto, debió enviar una carta al periódico o llamar a una rueda de prensa. No creo que haya sido ése el camino adecuado. No estoy diciendo que no me llame, me puede llamar.
¿Qué temas investigó que le generaron la “antipatía” del Gobierno?Investigué muchos temas, no sé si le habrá incomodado a él, pero investigué bastantes temas. He descubierto uno de los temas del caso Odebrecht y muchos otros. Y en este caso de Montenegro, que es uno de los más difíciles en los últimos tiempos, la infiltración y donde hay mucha gente implicada.Las investigaciones siempre son así. El periodismo cada día se vuelve más difícil, pero hay que seguir adelante.¿Cuáles son las diferencias entre hacer periodismo en la era del denominado proceso de cambio y ejercer el oficio en la época de los gobiernos que le precedieron al de Morales?En todos los gobiernos, el acceso a la información es siempre difícil. Lo último que estaba viendo es que es muy difícil el acceso a la información, pero no podemos autocensurarnos, sino que siempre debemos ir adelante, pese a las dificultades.Tras el amedrentamiento, ¿qué recaudos tomará?Hago periodismo hace más de 20 años y la única arma que nosotros tenemos son armas nobles, las cuales son los testimonios de la gente, las pruebas documentales que podemos sacar, escudriñar expedientes, todo con armas nobles, no con amedrentamientos, con mentiras o con aquellas supuestas amenazas.Estamos convencidos de que en este tiempo, más que nunca, los periodistas debemos trabajar para sacar a la luz todo aquello. Esa es nuestra misión.¿Durante los más de 20 años de trabajo periodístico pasó por un caso similar de amedrentamiento de una autoridad?
Siempre tuve amenazas, especialmente del narcotráfico. He tomado mis previsiones como cualquier persona. Hay que ser precavido en la vida, a veces no exponerse, ser prudente, escuchar, contrastar las fuentes… Eso es lo que hago y ando con mi familia. Los periodistas no andamos con guardias, con policías. Nuestra arma y aliado es la sociedad.¿Qué es lo que le motivó a escoger la profesión del periodista?Mi padre fue periodista. Yo empecé a estudiar en la Universidad Evangélica Boliviana. Vine a la ciudad y me gané la vida haciendo de todo, como vendiendo empanadas. Luego me entré a estudiar a la primera universidad privada evangélica y antes de entrar empecé a trabajar de mensajero. Y bueno acá estoy.Siempre lo que hago es ir un poquito más allá de lo cotidiano, de las conferencias de prensa, que todo mundo tiene.Quiero decir que en la Policía no todos son malos. Hay policías íntegros y éstos son los que te atienden bien, te nutren de información. Hay fiscales también íntegros, no todo es malo. Entonces, con esas esperanzas hay que seguir adelante.¿Cómo está su familia tras el amedrentamiento que sufrió?Mi familia, obviamente, como cualquier otra, está preocupada. Yo trato y prefiero no decirles muchas cosas, porque ellos se preocupan de sobremanera. Prefiero guardarme muchas cosas en mi interior.HOJA DE VIDAOrigen Nació en Samaipata, a 120 kilómetros de Santa Cruz.Formación Estudió Comunicación Social en la Universidad Evangélica Boliviana, además de Derecho en la Gabriel René Moreno.Experiencia Es periodista hace más de 20 años.Página Siete / Laura Maldonado / La Paz
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