Wálter ArrázolaEstá claro que Oscar Ortiz no aprobó la Ley 741 y recientemente ha propuesto su abrogación, debido al uso que el gobierno del MAS ha hecho de la misma. Ortiz está atacando el problema de fondo, que es la utilización política del traslado de colonizadores hacia la Chiquitania, con el fin de buscar controlar este territorio con una nueva mayoría poblacional. Esto distorsiona la democracia; como no pueden con los votos trasladan los votantes y destruyen todo un ecosistema para entregar tierras, no aptas para el cultivo ni la agricultura, a militantes del MAS. Usan nuestros bosques y reservas forestales como una política colonizadora y expansiva del poder del MAS. Lo también deplorable es cómo Carlos Mesa y su entorno no pueden ocultar su odio a Santa Cruz y aprovechan esta tragedia para atacar a los sectores productivos de nuestra región. Que algunos, al mando de algunas instituciones, hayan sido impertinentes en esta catástrofe y que le tengan terror a este régimen, es otra cosa. Pero tenemos que decirle a Carlos Mesa que el sector productivo cruceño es el que genera el alimento para Bolivia, genera recursos económicos para todos los bolivianos y genera la mayor cantidad de empleo para los bolivianos. Debemos proteger a este sector, pero reorientar las malas políticas que pueda tener. Para eso son los partidos políticos, para velar el equilibrio entre sectores débiles y fuertes, encontrar soluciones para prosperar en equilibrio con el medio ambiente y la sociedad. En Santa Cruz no se hace agricultura ni ganadería en 20 hectáreas, los agropecuarios no queman sus campos. Carlos Mesa busca crear estas discusiones para distraer a la opinión pública de su falta de repuestas sobre los depósitos inexplicables de dinero en sus cuentas, y sobre todo la falta de propuesta que tiene frente a todos los sectores de Bolivia, incluidos los sectores cruceños que tanto critica y odia.