Desprotección: miles de voluntarios y civiles responden al llamado del bosque


Desde bomberos capacitados hasta ciudadanos que no tienen protocolos trabajan desde hace más de un mes en una red que reta al fuego. Los civiles buscan formas de ayudar y piden capacitación.

Leny Chuquimia  /  La PazEntre la precariedad y la    desprotección, bomberos voluntarios y grupos civiles de ayuda forman una red  de acción que reta al fuego. Desde quienes enfrentan las llamas hasta los que  cargan  botellas o reparten  alimento, trabajan con el único fin de responder  al llamado de auxilio  del bosque.“Estamos un poco abatidos y con sueño porque no  dormimos bien, pero tenemos la moral alta. Como soldados de esta patria estamos poniendo el hombro para acabar con el incendio. Somos muchas unidades de voluntarios porque el país entero es solidario”, aseguró  Runy Callaú, reconocido  bombero voluntario por  su trabajo de más de 30 años    en Santa Cruz.El pasado 7 de septiembre,  Pablo Miguel Suárez Nuñez falleció  en Concepción –zona de desastre– tras realizar trabajos esforzados en uno de los focos de calor.  El joven voluntario  arribó a la Chiquitania desde La Paz y la tarde de su deceso abría  una brecha en el bosque  para el ingreso   de los bomberos. No estaba en la línea de  fuego,  pues sólo  personal experimentado y con entrenamiento asume ese  riesgo.En el país   rigen la Ley del Voluntariado y la de Bomberos. Ambas establecen que este tipo de labores no remuneradas deben  contar como horas de estudio o de trabajo. En el caso de los bomberos y grupos de primera respuesta en emergencias y desastres, la norma 449 exige que los integrantes de esto grupos deben estar  capacitados, certificados y registrados por el Viceministerio de Seguridad Ciudadana.

El bombero  voluntario trabaja  varias horas sin descanso.Foto:Bomberos Voluntarios UUBR

El llamado de auxilio“Ningún grupo de bomberos voluntarios se autoconvoca. Esperamos al llamado del grupo local que se hace según la necesidad, cuando ésta es grande –como ahora–  es abierto. Estamos    capacitados y certificados y por ley formamos parte del sistema de atención. Escuchamos el llamado y sin pensarlo nos preparamos y asistimos”, señala Álvaro Castillo, líder de Bomberos Voluntarios UUBR.Es bombero voluntario hace unos 20 años y ha estado en varios eventos desoladores. Pero ninguno –asegura–  como el que vive ahora la Chiquitania.Como él, cientos de voluntarios certificados llegaron a trabajar en la zona de desastre, al igual  que  cientos de bomberos dependientes de la Policía o los más de 4.000 soldados  de las Fuerzas Armadas. El dolor de un bosque que se extingue llegó  incluso a quienes  sin experiencia se   autoconvocaron.“Fue un llamado. La situación era trágica y de repente  mi vida  estaba mal. Yo sólo lloraba y sentía que debía hacer algo. De un día para otro decidí que debía actuar…, debía partir”, cuenta una voluntaria paceña.No da su nombre porque asegura que como puede ser Ana, María o Gabriel, pudo haber sido Pablo Suárez o cualquiera de la gran red que une a toda la gente que llegó hasta  la Chiquitania.“No hacemos esto por reconocimiento ni por figurar. El servir es un proceso de hermanamiento, de  humanidad  y  de esperanza con uno mismo”, afirma la joven que llamaremos Ángela.



Los niños  también se ofrecen para  ayudar.Foto:Gastón Brito / Página Siete

Precariedad y desprotección“Necesitamos gente capacitada. Esta es una emergencia no una escuela”, pedía  uno de los bomberos desde la Chiquitania    poco antes del deceso de Suárez.  Afirmaba que la situación subía en gravedad y que la  falta de capacitación podría generar mayor riesgo. “Han llegado soldaditos sin la  indumentaria adecuada y es peligroso para ellos”.Y es que las condiciones a las que se enfrentan son  extremas. Cerca del fuego la temperatura llega incluso  hasta los 70 grados. Es fácil  que se presente un cuadro de deshidratación, cuyos síntomas deben ser conocidos  para salir del lugar, de lo contrario  las consecuencias podrían ser fatales.Los grupos civiles en el mejor de los casos llegan allí con machetes o algún overol naranja o amarillo. Pocos consiguen barbijos y no tienen  insumos.“Hay que estar conscientes de que no podemos enfrentar el fuego; pero hay muchas formas de ayudar y allá lo vi claro. Algunos comunarios entraban al bosque, otros organizaban la comida, otros macheteaban y los que podían trasladaban agua. Los bomberos experimentados nos organizaban y todos logramos hermanarnos”, cuenta Ángela.Trabajo y  estudio 

  • Artículo 25 La Ley 449 de Bomberos establece que las personas que pertenecen a grupos de bomberos  y equipos  de primera respuesta  voluntarios y que  hayan sido convocadas a dar atención en una emergencia  o desastre tienen derecho a que su servicio  sea considerado como horas laborales o de  clases  en el sector público o privado.
  • Requisito  La Ley 3314 de voluntariado ratifica la disposición al igual que el único requisito para validar  la compensación. Piden una certificación por el tiempo y la labor cumplida emitida por  la Policía Boliviana, las organizaciones de bomberos voluntarios, equipos  de primera respuesta  u otra institución  legalmente constituida y registrada en el Viceministerio de Seguridad Ciudadana.

Ley pide registro y certificaciónLa Ley 449 de Bomberos señala    en su artículo 17 que las “organizaciones de bomberos voluntarios y equipos voluntarios de primera respuesta a emergencias y desastres” deberán estar autorizados y registrados por el Viceministerio de Seguridad Ciudadana para su funcionamiento.La norma, promulgada el  4 de diciembre de 2013 por el presidente Evo Morales, añade  que los integrantes de estas brigadas deben ser capacitadas por la Escuela Plurinacional de Bomberos, las Direcciones Departamentales  u otras instituciones u organizaciones nacionales o internacionales.

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Equipos  de EEUU fueron entregados a las FFAA.Foto: Ministerio de Defensa

“Los grupos de bomberos voluntarios que están legalmente constituidos e institucionalizados  tienen la logística y  capacidad para afrontar cualquier  evento. Estamos hablando de equipos de protección   personal y herramientas de mano. En algunos casos también contamos con  equipos antiincendios como cisternas y maquinaria; nosotros ahora tenemos un dron para trabajar con imágenes”, manifestó el líder de Bomberos Voluntarios UUBR, Álvaro Catillo.El  tener equipamiento propio  y una buena capacitación permite que estas brigadas puedan establecer   tiempos de autonomía para sus operaciones. Es decir, que  administren sus labores  en función a sus  recursos para no generar una carga extra en el sitio donde se desplacen.Aquí surge el problema porque, si bien los voluntarios se mueven bajo protocolos, en eventos tan grandes se recibe una oleada de grupos civiles que pueden generar desorden. En su afán de querer ayudar de manera directa generan desorden, cuando se los necesita para muchas otras tareas.Castillo indicó que, pese a que los grupos se movilizan con sus recursos, hace falta equipo, sobre todo maquinaria pesada. Aseguró que, aunque el  ministro de la Presidencia, Juan Ramón,  señaló que no teníamos la capacidad de respuesta ante un evento que nunca se había visto en el país, los bomberos especializados tienen  la capacidad técnica.“(Las autoridades) no conocen  del tema, pero había formas de atender el fuego. Nunca nos hicieron caso  a los que estamos en el frente”, dijo.El  equipamiento 

  • Costos  Dependiendo de la calidad un equipo personal para un bombero puede costar desde 1.500  hasta 4.000 dólares.
  • Responsabilidad Por sus años de formación, cada bombero voluntario compra su propio equipamiento.
  • Civiles  Los civiles, guardaparques y comunarios  acuden con lo que tienen puesto.

Fuente: https://www.paginasiete.bo