Las iglesias declaradas patrimonio por la Unesco están a salvo, pero los atractivos naturales han sido afectados. Advierten riesgo para el arte rupestre local.
El impacto del fuego en el paisaje, la biodiversidad y el arte rupestre amenaza con quebrar la curva ascendente de turistas que tiene anualmente la Chiquitania. Además de áreas protegidas, los incendios llegaron hasta lugares turísticos y culturales. Ya se han suspendido dos festivales anuales: el de Música Barroca y el de gastronomía en San José.“Para nosotros como política institucional el turismo es fundamental. Queremos que sea el motor del municipio porque es una actividad menos extractiva y destructiva que la ganadería. Nos duele ver todo lo que se ah quemado porque sabemos que tardará muchos años en restablecerse”, expresó con preocupación Carlos Ragone, secretario general del municipio de Roboré, uno de los municipios más afectados.El 30 de agosto la ministra de Culturas, Wilma Alanoca, manifestó: “No tenemos daños a sitios patrimoniales ni turísticos. Ningún parque o reserva nacional de la Chiquitania han sido alcanzados por los incendios”.Cuatro días después, ante las críticas, dicho ministerio emitió una nota de prensa en la que explicó que “no hay afectación sobre los sitios declarados como Patrimonio Mundial por la Unesco”. Se aclaró que se refieren a las iglesias jesuíticas de San Javier, Concepción, Santa Ana, San Miguel, San Rafael y San José de Chiquitos.Los operadores de turismo señalan que es importante precisar que la atracción de los viajeros a la zona no se centra sólo en estas construcciones. Se embelesan con los majestuosos paisajes del bosque seco, las cascadas de agua cristalina, las pinturas rupestres en cuevas y rocas, las serranías imponentes y los miradores de flora y fauna únicas.
¿Quién quiere ver Tucabaca convertido hoy -en parte- en un mar negro? o ¿cómo imaginar que cuando se quiera ir a ver la naturaleza se asistirá a un cementerio de animales y medioambiente?, cuestionan los guías.La Asociación de Agencias de Viajes de Santa Cruz afirma que los incendios acabaron con el trabajo que vienen realizando hace al menos 10 años, abriendo rutas, promocionando los atractivos y haciendo gestiones con los municipios.Lo que consumió el fuegoSegún un informe emitido por la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), hasta el 27 de agosto de 2019 se detectaron más de 2,1 millones de hectáreas quemadas en todo el país, de las que 1,4 millones están en el departamento de Santa Cruz.Los municipios con mayor afectación son San Matías con 321.088 hectáreas, Charagua con 289.803, San Ignacio de Velasco con 209.493, Puerto Suárez con 137,340, San Rafael con 137.340, San José de Chiquitos con 110.622, Roboré con 95.742 y Carmen Rivero Tórrez con 83,896.Los incendios se han propagado también en áreas protegidas de diferentes niveles. Las nacionales con mayor superficie afectada son ANMI San Matías con 227.402 hectáreas, PN- ANMI Otuquis con 192,824 hectáreas y Carrrasco con 4.154.Entre las subnacionales están Ñembi Guasu con 220.615 hectáreas quemadas y la Reserva de Vida Silvestre Tucabaca con 28.002. Las áreas protegidas municipales afectadas son Laguna Concepción, Laguna Marfil y Orquídeas del Encanto.“Dentro de todas hay ecosistemas que ya se han perdido. Un caso terrible es Ñembi Guasú con un 80% afectado. Esto se convertirá en erosión, en cambio de uso de suelo, degradación, desaparición de especies indicadoras y polinizadoras, contaminación de agua y contaminación del aire”, dice Huáscar Bustillos, representante del Colegio de Biólogos de Santa Cruz. Alerta de un cese de las funciones medio ambientales y ecosistémicas que cumplen las áreas protegidas y que benefician a todos.
Entre el patrimonio local que es parte del circuito turístico dañado se encuentran: Aguas Calientes, Chochís, el Parque Eco Rupestre El Manantial, el Chorro de San Luis y Yororobá. En todos estos casos, los accesos se han convertido en extensas áreas negras donde yacen cenizas y restos de naturaleza.En el Manantial hay pinturas rupestres que datan de hace 10.000 años y entre los sitios Ramsar (reservorios de agua) afectados está el Pantanal. La esperanza hecha cenizasSegún datos de la Gobernación de Santa Cruz, anualmente, alrededor de 400 mil turistas visitan los diferentes municipios que conforman la Chiquitania. Su endémico bosque seco, las serranías, las cascadas, el mar verde, las aguas termales, la cultura viva de Chiquitos, las pinturas rupestres y los templos jesuíticos, han convertido a la zona en un destino paradisiaco para cualquier viajero.Son cada vez más las posibilidades de experiencias que da la Chiquitania. Pero lo cierto es que, el turismo ya se ha visto afectado y los efectos recién comienzan a sentirse.Antes del incendio, muchos pueblos y comunidades intentaban aprovechar sus recursos volcándose al turismo.
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Roboré es el municipio con mayor cantidad de atractivos puestos en valor turístico en Bolivia. El año pasado contabilizó alrededor de 40.000 visitantes anuales, una cifra que superó por creces a las de 2015 cuando llegaron 18.000 viajeros.“Las cifras venían en aumento. Para nosotros como política institucional el turismo es fundamental. Queremos que sea el motor del municipio. Este incendio nos duele porque sabemos que tardará muchos años en restablecerse”, expresó con preocupación Ragone.Para Rubens Barbery, director del Cepad -institución que trabaja en proyectos de desarrollo en toda la zona desde 1997- el turismo es una forma multiplicadora de ingresos y que permite llegar a la mayor cantidad de sectores. “Se beneficia el sector del alojamiento y de la gastronomía. Genera mucho empleo desde el punto de vista de género (más del 80% es empleo femenino que beneficia a la autonomía económica de la mujer), consigue un fuerte impacto en el empoderamiento de la identidad local y logra un desarrollo integral en los pueblos”, sostiene.Territorio de turismo culturalEn la región, desde 2000, se realizan cinco festivales importantes: el festival de la orquídea en Concepción, el Festival Gastronómico Ishanka en San Xavier, el Posoka Gourmet en San José de Chiquitos, el Conservarte en Roboré y el Festival de Música Barroca y Teatro que se hace en todos los pueblos chiquitanos. Todos forman parte de la identidad de los pueblos.
Por la afectación de los incendios y por continuar la amenaza en los territorios se han suspendido dos festivales que ya estaban programados: el de Música Barroca y el de gastronomía en San José.Además hay turismo deportivo como la Ecorun y el de senderismo Peabirú: en busca de la tierra sin mal, en el que se recorre 26 kilómetros de caminata entre Roboré y Santiago de Chiquitos.Estos eventos tienen alta concurrencia con curva ascendente año tras año. El festival de Música Barroca por ejemplo, contabilizó 5.000 visitantes.“Estos festivales son muy importantes para la comunidad no sólo por la importancia cultural, sino por los ingresos que generan en la economía local. Por ejemplo, el festival de la Orquídea, no genera menos de 300 mil dólares repartidos en todos los servicios del turismo en la población”, explica Rubens Barbery, director del Cepad. Batalla con el fuego
- Inicio El 20 de julio se activaron varios incendios en el municipio de Roboré. En las comunidades de Gavetita, San Rafael y Naranjos el fuego corrió por pastizales y el bosque.
- Desastre Con fuego extendiéndose fuera de control, la Gobernación de Santa Cruz declaró la emergencia departamental. Solicitó la ayuda del Gobierno central y varios sectores elevaron el pedido de ayuda internacional.
- Gabinete El 21 de agosto el presidente Evo Morales rechazó la ayuda internacional y creó el Gabinete de Emergencia Ambiental. Anunció el alquiler del avión Supertanker.
Hay daños a las pinturas rupestres y la producción
Como el fuego aún amenaza algunos lugares, aún no es posible realizar una evaluación exhaustiva de la afectación total a los sitios turísticos. No obstante, el Comité Científico de Ciencias Biológicas, Paleontología y áreas afines, emitió un pronunciamiento sobre el daño arqueológico ya identificado.En el documento se detalla que el tizne en la zona es uno de los problemas. “Todas las rocas en las que se encuentran las pinturas rupestres, están cubiertas de hollín, sustancia negra muy fina que forma el humo y queda adherida a la superficie”.La instancia sugiere no visitar los lugares arqueológicos ni quitar esta capa negra. “El mejor intento podría dañar de forma permanente el arte rupestre”.Otra afectación directa del fuego es la quema de plantaciones cuyos frutos o aceites eran sustento de algunas comunidades. Tal es el caso del TCO (Tierra Comunitaria de Origen) Monteverde en el municipio de Concepción.“Es un territorio indígena originario que a través del apoyo de la Fundación para la preservación del Bosque Seco Chiquitano, realizaban un proyecto a mediano y largo plazo de aprovechamiento de productos forestales no maderables. Estaban extrayendo de manera sostenible el copaibo y el cusi. Ahora todo eso (las plantaciones) se está quemando. ¿Qué van a hacer ahora? No lo sabemos”, dice el operador turístico, Nelson Pacheco.Agrega que “a pesar de todo, hoy nos toca ayudarles a resurgir de las cenizas”. Para él, en adelante, será importante apoyar y visitar la zona para crear un movimiento turístico. Con ello se podrá ayudar para que los comunarios y pobladores tengan empleo y puedan salir de este desafortunado episodio.Fuente: https://www.paginasiete.bo