Mesa no es precisamente un desconocido en Bolivia. Antes de entrar en política, dedicaba la mayor parte de su tiempo a su máxima pasión: la literatura. De hecho, muchas horas de su actual tiempo libre, Carlos Diego de Mesa Gisbert, de 66 años, las pasa escribiendo.
La primera audiencia que cultivó Mesa fueron sus tres hermanos: Andrés (1956), Isabel (1960) y Teresa Guiomar (1961). “Hacía teatro con todos los primos y una vez grabó una radionovela de ciencia ficción con Andrés que se llamó El monstruo de Sivereads. También escribía mucho. Tenía un cuento en el que personificaba a los planetas, la luna y el sol, que nos leía a Teresa y a mí”, contó a La Tercera Isabel Mesa, novelista infanto-juvenil y educadora.Los almuerzos familiares de los sábados eran sagrados para los Mesa Gisbert. Ahí, los cuatro hijos escuchaban atentos las historias del trabajo de sus padres y se dieron los primeros debates. A pesar de que el candidato de Comunidad Ciudadana (CC) declaró que el mejor plato boliviano es el fricasé, su hermana recuerda que era un “fanático del chancho al horno”.Los primeros años escolares de Carlos Mesa los pasó en el colegio San Ignacio, en La Paz, pero finalizó sus estudios secundarios en Madrid, donde estudió Ciencias Políticas y Letras en la Universidad Complutense. Durante este período, en 1971, conoció a uno de sus amigos más cercanos, Alfonso Gumucio, hijo del líder del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), quien en ese momento estaba en España exiliado por la dictadura de Hugo Banzer. “Soy tres años mayor que Carlos y eso se nota más ahora que cuando nos conocimos. El vínculo entre nosotros fue el cine. A fines de los 70, ambos escribíamos crítica de cine y preparábamos nuestros primeros libros. Me llamaban la atención su rigor y perseverancia, pero no era nada en comparación con lo que devino después, cuando comenzó a ejercer el periodismo”, contó “Moro” Gumucio a este diario.Tras su regreso a Bolivia, Mesa estudió Literatura en la Universidad San Andrés de La Paz. Con solo 22 años se casó con Patricia Flores Soto, de quien se divorció tres años después. En ese momento, ya había incursionado en las comunicaciones a través de la radio Universo y en la alcaldía municipal de La Paz. En 1980 contrajo nupcias con la psicóloga y especialista en temas medioambientales Elvira Salinas, con la que tiene dos hijos: Borja Ignacio (1980) y Guiomar (1984).Uno de sus mentores en el periodismo fue Lorenzo Carri. Tras varias experiencias periodísticas y como analista político, el clímax de su carrera llegó de la mano del programa De Cerca, que tuvo 539 capítulos y en el que realizaba entrevistas políticas. “Prodigiosa”, es la palabra con la que tres personas del círculo cercano de Mesa describen su memoria.
Fútbol y Coca Cola
El arte, óperas en el Teatro Municipal paceño y el cine fueron gustos adquiridos en su familia, pero The Beatles fue una opción personal, al igual que el fútbol. Mesa es fanático del club paceño Always Ready. “Antes de la campaña y al inicio de esta, todavía podíamos ir a ver al equipo de nuestros amores. Últimamente, lo seguimos por televisión”, señala a La Tercera Ricardo Paz, amigo de Carlos Mesa, a quien conoció hace 35 años cuando el candidato era “el periodista más influyente de Bolivia”. Paz es actualmente el asesor estratégico de su campaña.De los 19 libros que ha publicado, varios -como La Epopeya del Fútbol Boliviano, Descenso y Tiro Fallido- están dedicados a este deporte. Y junto a su hijo tienen un blog sobre la historia del fútbol. Mesa fue una de las piezas claves que permitieron que la FIFA eliminara en 1996 el veto a La Paz por jugar en altura. A pesar de su amor por el fútbol, “no hace deporte ni por casualidad, pero lleva estadísticas de todos los equipos y jugadores. Conoce de memoria todas las clasificaciones y partidos en Bolivia, España y otros países”, apunta Gumucio. Varios de sus cercanos concuerdan también que Mesa es “radicalmente abstemio”, pero gracias a su olfato suele dar recomendaciones de vinos que varias veces “han costado más que la cena”. Su único “vicio” es la Coca Cola.
Ascenso, caída y regreso
“Nunca”. Así de tajante Isabel Mesa responde a la interrogante de si la familia Mesa Gisbert pensó alguna vez que el primogénito sería Presidente de Bolivia. Tras una extensa carrera periodística, Carlos Mesa decidió postular en 2002 a la Vicepresidencia en la fórmula de Sánchez de Lozada por el MNR. En medio de una crisis económica, al año siguiente estalló “la guerra del gas”. Esto, por el plan de “Goni” de exportar gas a través de Chile, lo que desencadenó masivas protestas que exigían la estatización de los hidrocarburos. El punto más álgido tuvo lugar en octubre de ese año, cuando fallecieron 63 personas en las manifestaciones, hecho que generó la renuncia de Sánchez de Lozada. El 17 de octubre de 2003, Mesa asumió la Presidencia y propuso un referéndum sobre los hidrocarburos. El periodista tenía un 62% de aprobación, pero al no tener partido político, ni respaldo legislativo, la “luna de miel” finalizó anticipadamente.“El gobierno que salió de las urnas era débil, minoritario y tuvo que recurrir a coaliciones ambiguas y prebendales para tener gobernabilidad. Pero después, Mesa tenía un fuerte respaldo popular que fue vaciado y distorsionado por el Congreso. El gran error de Mesa fue no tener una bancada oficialista, lo que dio alas a los partidos para reorganizarse y provocar su caída”, recuerda Francesco Zaratti, exasesor y delegado presidencial por hidrocarburos durante la gestión de Mesa, en conversación con La Tercera.De ese período crítico, su amigo Alfonso Gumucio recuerda que de los escasos viajes que Mesa realizó como mandatario hubo uno a Guatemala. “Fuimos a Tikal en el avión presidencial boliviano, donde solo cabían seis personas, no tenía baño, ni lugar para las maletas. De regreso a La Paz, la ventana del piloto se desprendió y aterrizaron de emergencia en Panamá. Le sugerí que comprara una aeronave mejor, pero entre risas me respondió que si se atrevía a mencionar ese tema, el opositor Evo Morales iba a destrozarlo. La paradoja es que años después Morales compró un avión de lujo”, recuerda Gumucio.Mesa no pudo con la presión social y el 6 de junio de 2005 renunció. En los comicios de ese año, Evo Morales hizo historia al ser electo con el 53% de los votos. “Los peores días que compartimos fueron los previos a su dimisión, cuando veíamos con gran decepción cómo las minorías de izquierda y derecha conspiraban y atenazaban a las mayorías populares que nos respaldaban”, sostiene Ricardo Paz. De esos años, Mesa escribió Presidencia Sitiada.Mesa entonces se “exilió” de la política y retomó uno de sus intereses de la juventud: el mar. En 2004 coordinó la publicación de El Libro Azul: la Demanda Marítima Boliviana, que reúne documentación sobre las causas y consecuencias de la Guerra del Pacífico. En 2013, Bolivia demandó a Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya y Mesa se desempeñó como vocero. Un año después, participó en la edición de El Libro del Mar y en 2016 publicó La historia del Mar Boliviano. “Tengo un compromiso inclaudicable con el tema marítimo, una causa que Bolivia sostiene desde hace decenios, que yo mismo defendí cuando ocupé la Presidencia en la cumbre de Monterrey y en otros momentos. Este compromiso no va a detenerse hasta que consigamos un resultado favorable al país”, señaló en 2018 el entonces vocero de la demanda marítima.El 6 de octubre de 2018 y mediante un video publicado en redes sociales, Carlos Mesa anunció su candidatura a la Presidencia. Según la última encuesta realizada por el diario El Deber y Ciesmori, Evo Morales alcanzaría un 36,2% de los votos y el expresidente un 26,9%. Sin embargo, en una eventual segunda vuelta el escenario podría cambiar.
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