El presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho se ha ganado admiradores y también algunos críticos por sus estrategias nada ortodoxas. Tal vez creen que hay formas más convencionales de enfrentar a los francotiradores de Montero, a los mineros que apalean ciudadano en La Paz o a los cocaleros que rompen cabezas en Cochabamba.
Si los políticos profesionales estuvieran en lo cierto, Bolivia no fuera lo que es y Evo Morales no hubiera llegado al poder en base al bloqueo, los cercos y los dinamitazos, elementos que están buscando consolidar una dictadura. Pero en fin, pasadas algunas horas, esas mismas voces disidentes se callaron cuando los ortodoxos de las alturas se quedaron temblando en sus casas y los dueños del poder hacían lo propio, recurriendo a lo único que saben hacer, es decir, mandar a su “carne de cañón” a hacerse cargo del asunto.
El abogado Jerjes Justiniano Atalá, acompañante de Camacho, dijo que tal era el miedo en La Paz, que los enviados del Gobierno no sabían qué hacer para sacar a Camacho del lugar y hasta se ofrecían de carteros para llevar la carta al presidente Morales. El colmo de todo fueron los Ponchos Rojos, quienes también han pedido la cartita para entregarla al destinatario.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas