
Durante los disturbios se apedrearon las ventanas y se prendió fuego a las puertas del inmueble centenario. Esta edificación es de categoría A, el valor más alto en cuanto al patrimonio que se les da a los inmuebles en el municipio. Ha sido declarada como tal por su aporte a la memoria histórica y cultural de la ciudad al ser parte del conjunto arquitectónico y patrimonial que comprende la Basílica de San Francisco y otras viviendas como el hotel que está junto a ella, que también ha sido restaurado.
