Hoy, la hija mayor de la Presidenta de Bolivia asegura que su deseo de hacer una carrera política continúa firme, pero, por supuesto, su prioridad en este momento es apoyar a su madre, con la que siempre fueron un equipo, según afirma la misma Carolina.
“Por azares de la vida mi familia siempre estuvo alrededor de la política, yo no me involucraba, pero al volver de estudiar en la universidad, vi las necesidades que padecía nuestra ciudad y entonces comprendí que la política podía ser una forma de ayudar. Empecé a ver la forma de hacer política a partir de causas, una política como forma de servicio”, dice la joven de la eterna sonrisa.
La lucha por el 21F
Carolina fue parte de las juventudes del Movimiento Demócrata Social, partido de la presidenta Añez. También acompañó a su madre en varias campañas sociales, y de socialización de la Ley 348 que busca garantizar a las mujeres una vida libre de violencia.“Mi madre y yo siempre fuimos un equipo. Como parte de los Demócratas, trabajamos en varios proyectos en género y salud. Fui dirigente de los jóvenes en Demócratas y seguí a mi mamá, hacíamos diferentes actividades”, cuenta.
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Fue después del 21 de febrero de 2016 que decidió ser parte de los movimientos ciudadanos en defensa del voto de los bolivianos. En esa fecha se llevó a cabo el referendo para consultar a la población si Evo Morales y Álvaro García Linera podían postularse nuevamente, por cuarta vez, a la Presidencia y Vicepresidencia; la gente respondió “No”.
“Los paros y las protestas ciudadanas fueron la forma en la que los jóvenes nos identificamos, una forma en que los jóvenes decidimos hacernos presentes, asumir la responsabilidad de luchar por nuestra democracia y futuro. Mediante el movimiento ciudadano comenzamos la lucha, que aún continúa”, afirma Carolina al recordar las movilizaciones de octubre y noviembre, después de las elecciones nacionales manchadas por el fraude, que terminaron con la huída de Evo.
El vacío de poder que dejó Morales llevó a la madre de Carolina, Jeanine Añez, a asumir el reto más grande de su vida: la Presidencia de Bolivia, dice Carolina. Y, por supuesto, ella no dudó ni un solo instante en apoyarla en ese inmenso desafío. Y así se la vio, al lado de la Jefa de Estado en sus primeras apariciones en público… Carolina a su lado, como el equipo que siempre fueron.
“Es un reto enorme y muy difícil el que le toca afrontar a mi madre, no la dejaré sola; siempre estuve a su lado, fuimos un equipo y lo seremos siempre”, sostiene.En seguida le viene a la mente el momento en el que se enteró que su madre sería la primera Presidente de Bolivia nacida en Beni.
Una carrera propiaLa hija mayor de la Presidenta ya lo decidió, seguirá sus pasos porque está convencida de que la política es un medio para lograr un impacto positivo en la sociedad. Es más, avanza en eso y después del activismo quisiera saltar a una candidatura por Beni para las próximas elecciones. Sin embargo, no lo tiene aún definido.“Por supuesto, quisiera ser candidata por mi región, por mi ciudad, pero es algo que aún no está definido. Por supuesto hay muchos factores que analizar”, comenta.Es que por el momento su reto primordial es apoyar a su madre en su tarea de llevar al país a unas “elecciones limpias y confiables, para permitir la restitución plena de la democracia”, dice. Luego pensará en su siguiente paso dentro de una carrera política.
Formación
La Konrad Adenauer Stiftung le dio a Carolina la oportunidad de recibir formación política en Colombia, Uruguay, Perú y otros países, y en varias instituciones en Bolivia, con las que ha trabajado. Logró diplomados en género y en ciencias políticas con enfoque de género, obtenidos en el Centro de Estudios Superiores de la Universidad San Simón de Cochabamba y en Oxfam.Un momento que no olvidaSi bien en su momento fue una situación muy desagradable, ahora Carolina lo recuerda como una anécdota, que no olvida. Sucedió durante las movilizaciones por la anulación del Código Penal, impulsada por los médicos. Como odontóloga, decidió sumarse a la medida. Como estaba sola, bloqueó su calle con su vehículo. Esa madrugada, un grupo de choque del MAS salió a levantar los bloqueos violentamente.
El grupo llegó hasta donde estaba ella. El miedo la invadió, y ante la amenaza de los desbloqueadores y la posibilidad que incluso quemen su vehículo, retiró su motorizado. “No me hagan nada, déjenme en paz”, les dijo.En ese momento, cuenta, sintió pánico, pero ahora recuerda ese instante como una anécdota.Página Siete / Ricardo Gutiérrez, Beni