Sus primeras tareas serán conseguir los 1.462 ítems que requiere Santa Cruz y trabajar con Gobernación y municipios
Gina Justiniano Cuellar
En su primer día laboral como director departamental de Educación, Gilberto Molina empezó temprano su jornada intentando absorber de una vez todo lo que estuvo pasando desde que su antecesor, Salomón Morales, dejó de ejercer esa función por el rechazo de los maestros que se oponían a que retorne luego de su renuncia en noviembre pasado, cuando gran parte de autoridades puestas por el MAS empezaron a renunciar en masa.
Se la pasó de reunión en reunión, pero ya tenía claro cuáles son sus principales prioridades: conseguir para este marzo los ítems que requiere el departamento (hay un déficit de 1.462 ítems) y abrir las puertas de la Dirección Departamental de Educación (DDE) que, en sus palabras, “se mantuvo como una isla”, pues de ahora en adelante promete trabajar con la gobernación y los gobiernos municipales.
“Es lógico que vamos a trabajar con el Ministerio de Educación y vamos a desarrollar sus políticas, pero me he propuesto trabajar con la Gobernación y los gobiernos municipales, los maestros y sus federaciones, así como las organizaciones sociales”, apuntó a tiempo de reconocer que muchos de los conflictos que se estuvieron dando en la DDE fueron por falta de diálogo con los diferentes sectores.
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Aspectos a considerar
Molina reconoce que en Santa Cruz hay una gran migración desde el occidente, así como también de las provincias. Esta realidad tiene a muchas unidades educativas con padres de familia que terminan metiendo la mano al bolsillo para pagar maestros con tal de que sus hijos accedan a la educación.
“Hemos requerido 1.462 ítems al Ministerio, esperamos que esta gestión nos atienda con la mayoría de los solicitados”, manifestó revelando que las escuelas que requieren ítems con urgencia, están en Ciudad Satélite, Warnes, Plan Tres Mil y Villa Primero de Mayo.
Fuente: https://eldeber.com.bo