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De origen árabe, esta antigua tradición de la entrega de trece monedas en las bodas ha tenido diversos significados a lo largo de los siglos, En un principio, doce de esas arras simbolizaban prosperidad los doce meses del año y la restante la caridad de la nueva pareja hacia los más desfavorecidos.
Pero en la Edad Media las arras perdieron su simbolismo original y entraron a formar parte de la ‘dote matrimonial’ con la finalidad de poder garantizar el bienestar económico de la esposa en caso de quedar viuda. Aunque según otra teoría las arras, más que una garantía económica para la esposa, no eran, en aquel tiempo, otra cosa que un pago por su virginidad.
Con el paso de los siglos, y en la medida que fue desapareciendo esa visión arcaica del matrimonio como negocio, las arras fueron también cambiando su significado. Hoy se las considera un símbolo de la unión de la pareja y el deseo de compartir los bienes presentes y futuros.
Actualmente, el ritual de la entrega de arras se lleva a cabo en las ceremonias religiosas tras el intercambio de anillos y está considerado el símbolo con el que queda sellado el matrimonio.
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Fuente: Quito Velasco