De izquierda a derecha: Kim Jong-hyun, Sulli y Seo Min-Woo. GETTY IMAGES/CORDONPRESS/TOP MEDIAEl supuesto suicidio de la cantante Sulli ha reabierto el debate sobre la enorme presión a la que la industria somete a sus estrellas y los tabúes que rodean a la salud mental y el suicidio en Corea del Sur
“Una vez que han debutado, los cantantes pierden cualquier oportunidad de tener una vida normal. El escrutinio es enorme y todo lo que hacen tiene un gran impacto, por eso deben ser perfectos, no solo de cara a ellos mismos, sino también por sus compañeros de grupo y su empresa”, explica CedarBough T. Saeji, profesora de idiomas y culturas orientales en la Universidad de Indiana. “Esta presión, sumada a la aparición constante en todo tipo de plataformas sin ningún espacio para la expresión individual, puede resultar muy complicado de soportar para alguien como Sulli”.
Onew, Taemin, Jonghyun, Minho y Key de la banda coreana SHINee. GETTY IMAGES
El nombre real de Sulli era Choi Jin-ri. En 2009 saltó a la fama al incorporarse al grupo F(x), un quinteto femenino gestionado por SM Entertainment. En opinión de Saeji, la artista “era alguien que no quería ver su expresión personal restringida; no era una activista, solo hablaba por ella misma, pero lo que decía conectaba con las mujeres surcoreanas”. Sulli, con más de seis millones de seguidores en Instagram, fue una de las pocas celebridades que se posicionó a favor del aborto tras su ilegalización en abril de este año. También abanderó el movimiento no bra –defendiendo la libertad de las mujeres a no vestir sujetador– y habló en público acerca de sus problemas de salud mental.
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Toda esta actividad le granjeó muchos simpatizantes, pero aún más detractores, hasta el punto de que en 2015 acabó por abandonar el grupo tras un año sabático, alegando estar “física y mentalmente agotada por los comentarios negativos y falsos rumores” respecto a su persona.
La sobreexposición de los artistas les convierte en un blanco fácil: cada aspecto de su vida es entretenimiento para la audiencia. A Lee Chae Hun, de 15 años y estudiante de instituto en Seúl, le gusta estar al corriente de todo lo relativo a sus ídolos favoritos. “La mayoría de las veces interactúo con ellos en una plataforma llamada V-app, en la que puedo ver sus retransmisiones en directo”. A finales del mes pasado, Sulli mostró los pechos por accidente mientras se maquillaba durante una de esas retransmisiones. Preguntada por varios internautas al respecto, se defendió: “No entiendo cuál es el problema, forma parte de mi libertad personal”. El día después de su muerte ya se habían registrado tres peticiones en la página oficial de la Casa Azul, sede del gobierno, reclamando leyes más duras contra el ciberacoso.
El fallecimiento de Sulli ha devuelto a la memoria colectiva el suicidio de Jonghyun. En su nota de despedida, el cantante dejó escrito: “Estoy roto por dentro. La tristeza que me ha estado devorando lentamente finalmente me ha tragado entero. No he podido superarlo”. Su caso hace hincapié en las repercusiones que este sistema tiene en la salud mental de los artistas. Pero abordar esta cuestión es complicado: “Existe un profundo estigma alrededor de la salud mental en Corea del Sur”, apunta Saeji. “A eso se suma el hecho de que sea una sociedad de vergüenza más que de culpa: la manera de lidiar con ella es contenerla en uno mismo, es una manera de tomar responsabilidad”.
Quizá por eso, el suicidio es un gran problema social. Ningún otro país de la OCDE –la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico– tiene una tasa superior a la de Corea del Sur: casi 3 personas de cada 1.000 fallecen de su propia mano, según datos de la institución. O lo que es lo mismo: la cuarta causa de muerte entre la población general, la primera entre los jóvenes de 10 a 30 años.
La precaución de las autoridades puede explicar lo poco que se sabe acerca del tercer nombre en la lista de difuntas celebridades de K-pop: Seo Min-woo. El líder de 100%, de 33 años, falleció hace siete meses a causa de un infarto. “Hubo muchos rumores de que pudo haberse trata de un suicidio o una sobredosis, pero no se ofreció ninguna información al respecto”, recuerda Saeji. “Al informar sobre la muerte de Jonghyun los medios compartieron todo tipo de detalles, incluso el modo en el que se había quitado la vida; en esta ocasión fueron más discretos”.
El trágico desenlace de Sulli parece abrir camino a la concienciación. “Cuando me enteré de su muerte me di cuenta de lo difícil que es ser estrella de K-pop”, reflexiona la estudiante Lee Chae Hun. “Ella había aparecido en los medios no hacía mucho, y siempre mostraba su mejor cara. Ahora me preocupa que pueda haber otras estrellas pasando por un mal momento sin que nadie lo sepa”.
La artista tendrá un funeral privado esta semana. La agencia SM Entertainment ha anunciado en un comunicado que no desvelará el lugar de la ceremonia para evitar la presencia de admiradores y periodistas: “Su familia desea que el último viaje de Sulli sea hermoso”.
Fuente: elpais.com