Fuente: Opinión
La paulatina flexibilización de las medidas de cuarentena por la COVID-19 en Bolivia ha permitido atenuar la caída de la economía boliviana hasta julio, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) del país.
La entidad difundió este viernes los resultados del Índice Global de la Actividad Económica de Bolivia (IGAE) de enero a julio de este año, que reflejan una caída de la economía del 7,9 por ciento comparado con el mismo periodo del ejercicio anterior.
El dato a julio es solo un 0,1 por ciento menor sobre el 8 por ciento de descenso registrado a junio, pero «muestra una ligera recuperación» según el INE.
«Tras la caída observada en abril, el mes de julio mantiene la tendencia a la recuperación de la actividad real de la economía», subraya el informe.
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«Sin embargo, es innegable el efecto de la pandemia en actividades como la minería, donde una de las empresas más importantes del rubro tuvo que paralizar sus actividades debido al contagio masivo de sus trabajadores», apunta.
Compañías como la Minera San Cristóbal, la mayor del rubro en Bolivia, paralizaron temporalmente la producción, pero de forma preventiva y sin que haya trascendido que hubiera un contagio masivo.
El informe destaca además que la construcción, los servicios de recreación y de alimentos continúan presentando tasas de variación negativas.
El sector del ocio y la cultura está aún pendiente del reinicio de actividades, pues aunque ya reabrieron los cines con medidas de bioseguridad y algunas salas de exposiciones, los locales nocturnos y los museos llevan cerca de seis meses cerrados por las medidas de prevención ante la enfermedad en Bolivia.
La producción agropecuaria y los servicios de telecomunicación han tenido tasas positivas de crecimiento en este período, con lo que han ayudado a atenuar la caída, señala el INE.
El Banco Central y el Gobierno interino de Bolivia prevén que la economía del país termine el año con un descenso del 6,2%.