Conoció al Banco de Desarrollo Productivo como el único banco de desarrollo del país y desde entonces lo llama “su banco”, entidad que le financió un nuevo crédito para la compra de maquinaria.
Las mujeres son la columna vertebral de la economía rural, especialmente en los países en desarrollo, ya que ellas representan casi la mitad de los agricultores del mundo, y en las últimas décadas ampliaron su participación en la agricultura, según fuentes del Banco Mundial.
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María René Silva Paz, es una cruceña, ejemplo para estas mujeres y madres solas, porque se convirtió en empresaria y agroganadera, actividades que aprendió junto a su esposo, quien falleció hace 3 años y desde entonces se hace cargo sola de su negocio ubicado en Pailón Sur en Santa Cruz, cuya propiedad lleva el nombre de Manantial.
Con el tiempo y su esfuerzo, consiguió hacer crecer su unidad productiva al lado de su hijo y mano derecha de profesión Ingeniero Agrónomo y Veterinario. Juntos trabajan la tierra siembran semilla de pasto, cosechan el forraje ganadero para luego comercializarlo, además de sembrar sorgo.
Las mujeres que se dedican a la agricultura son protagonistas de la historia de la producción de alimentos y representan actualmente ¼ partes de la población mundial y en los países en desarrollo, constituyen más del 40% de toda la fuerza de trabajo agrícola. Esto pone de manifiesto la forma en que las mujeres participan en la agricultura a escala mundial y local.
Bolivia cuenta también cada vez más con mujeres agricultoras como María René que junto a su esposo que se dedicaba a la actividad agrícola compraron hace 15 años tierras para producirlas y en ausencia de su compañero tuvo que hacerse cargo de la actividad familiar que un día heredará a sus hijos como patrimonio.
“Decirles a los pequeños productores que confíen en el BDP, porque es la mano que uno necesita para salir adelante, porque nos brindan las mejores posibilidades para poder obtener lo que necesitamos y hacer crecer nuestros negocios”.
Para hacer crecer su negocio recurrió a la banca tradicional y obtuvo un crédito agropecuario, después conoció al Banco de Desarrollo Productivo como el único banco de desarrollo del país y desde entonces lo llama “su banco”, entidad que le financió un nuevo crédito para la compra de maquinaria. “Mi patrimonio creció gracias al crédito que el banco me facilitó”, señaló la empresaria.
Aseguró que después de todo lo que atravesó como mujer productora, agrariamente hablando es difícil y complicado, más aún al ser mujer y tener que luchar en un negocio dirigido por hombres, cuyo esquema supo romper con su tenacidad y persistencia y ahora se encuentra en busca de otro financiamiento del BDP para no depender de terceros y completar la maquinaria de trabajo que necesita para producir más.
“Siendo mujer las cosas se complican más porque nos rezagan, incluso los menonitas a quienes pago por usar sus tractores, prefieren un hombre para realizar los acuerdos, pero logre romper esa regla y contratar sus servicios”, enfatizó Silva.
Entre sus metas se encuentra sembrar más semillas y el 2021 producir más hectáreas de pasto para dejar por un tiempo la siembra de granos mientras pasa la crisis por la pandemia. También piensa en desmontar el resto de su terreno y convertir su patrimonio en una empresa más grande.
“Decirles a los pequeños productores que confíen en el BDP, porque es la mano que uno necesita para salir adelante, porque nos brinda las mejores posibilidades para poder obtener lo que necesitamos y hacer crecer nuestros negocios. No desmayen que esta situación es solamente un bache del cual saldremos todos”, expresó María René.
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