Carencia de humanidad


Todo el mundo ha protestado por esa falta de trato humano a Jeanine Añez que ocupó nada menos que la Presidencia de Bolivia durante un año. Es más la protesta se ha convertido en irritación y rechazo al Régimen masista de Luis Arce Zaconeta.

Las instituciones mayores del planeta como la ONU, la UE, la OEA, la Cruz Roja Internacional, Amnisty International y de la Iglesia Católica, (La Conferencia Episcopal en conjunto y varios Arzobispos por separado) se han pronunciado y reclamado porque en el caso de la persecución, detención y encierro de quién exhibe además su condición de madre viuda no se ha respetado en absoluto sus Derechos Humanos haciendo caso omiso de las normas mínimas de respeto a las normas que regulan todo enjuiciamiento, bajo la acusación de haber promovido un «Golpe de Estado» inexistente.



Además de proceder a la detención a la una y treinta del amanecer del día 13 de marzo, violaron su domicilio, siendo que la CPE califica al hogar, como el sitio «sacrosanto» que tiene el ser boliviano para defenderse de la inseguridad, el delito, el atropello. La Policía había desplegado un contingente de 100 efectivos y sin darle lugar siquiera a buscar sus mínimas pertenencias, la subieron a un avión rumbo a El Alto de La Paz para depositarla en las celdas de la FELCC cual se tratase de un delincuente común.

La acción presidida por el mismo ministro de Gobierno de Arce y el Comandante General de la Policía provocó la reacción de los medios de comunicación que al unísono denunciaron el operativo, el encierro en una cárcel de mujeres y la circunstancia de su malestar físico al punto de haber perdido el conocimiento y no ser atendida en un hospital, cosa curiosa, no obstante la orden taxativa de un juez que no se cumplió alegando la descompensación de la gobernadora del recinto carcelario.

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Ha sido después de un colosal reclamo con varias manifestaciones de por medio y de pronunciamientos incluso desde fuera de Bolivia que los carcelarios permitieron el ingreso de un médico familiar y de la hija de la exmandataria para acompañarla y velar por su harto quebrantada salud.

Al redactar este texto, no se ha cerrado el dramático episodio tan lleno de ignominia y ultraje. La arbitraria detención continúa con una sentencia a priori de seis meses de encierro.