Socialismo y capitalismo son ismos atomizadores de conciencias dormidas y alienadas por la vorágine económica de una globalización insolidaria, que profundiza, las brechas de desigualdad. La ambición de poder político para ostentar el poder económico y viceversa, nos arrastraron a una degradación violenta de la familia, cuando no se respetan los valores de la sociedad, y vemos a los cuasi líderes derrochar la economía de la inclusión.
Entendamos, ninguna inclusión es real si no la apreciamos como la vinculación de derechos sociales con obligaciones morales. Es triste ver como los hipócritas siempre complacientes con el poder, se olvidan de las promesas proselitistas y pierden toda lealtad consigo mismos, quebrantando las enseñanzas de valores morales en la sociedad.
Cuando los «lideres» violan el honor de la palabra y quebrantan la lealtad a los principios, el pueblo debe actuar, en atribución, a los derechos conferidos por la Constitución Política en un Estado libre y democrático. Que la obsecuencia ambiciosa de tu poder no mate a tus hijos, el dinero no vale nada si no gozas de libertad y vida; y no olviden los gobernantes del territorio boliviano, que su poder radica en la voluntad del pueblo. Basta de tanta soberbia y odio que del polvo venimos y al polvo volveremos.
Lavive Yañez Simon, exdiputada nacional
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