Era martes y casi media noche, justo cuando volvía de cepillarme los dientes para el martes de pasión con mi asiática.
Me puse mi seductor pijama de la pasión, uno manga larga con dibujitos de la pantera Rosa y mis pantuflas del Correcaminos, el dibujo favorito de la amarilla dama.
Estaba entrando al templo pasional cuando elay.
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Mi asiática, enfundada en un traje de látex como gatúbela y el látigo a un ladito.
Estaba de rodillas junto a la cama con el caño de escape a la vista.
¡Qué espectáculo!
El martes de pasión prometía mucho.
Pero…
La escuché murmurar algo y me dí cuenta que rezaba.
– «Padre eterno, ¡te pido por Lucho, el más valiente de los bolivianos!»
-alcancé a escuchar.
Ahí pestañeé dos veces seguidingas.
-¿De quién habla ésta?,
-¿Qué Lucho amenaza mi dicha?
-pensé desconcertado.
– «Padre Celestial, envuelve con tu manto a Lucho, para que esté a salvo de las maldades, él es el mejor político y la única esperanza boliviana…»
¡No puej!
– ¿Qué se fumó mi asiática?
-pensé yo rascándome una nalga y pensando en el panadasa de Lucho Arce.
– «¡Lucho es de lejos un hombre de palabra, alguien que cumple lo que dice, solo él es capaz de salvar Bolivia, cuídalo Padre Santo!»
-escuché decir a la yellow.
¡No miechi!
Con esas palabras se me fueron las ganas del martes de pasión, ya estaba más desanimado que Maité en Semana Santa y más enojau que hincha e Blooming cuando elay, mi asiática dijo:
– «Te ruego señor por la salud y la integridad de Lucho, el único y verdadero líder de los bolivianos, ¡amén!»
Eso ya fue demasiado y con algo de rabia recordé el mensaje presidencial lleno de odio de Lucho Presi.
– ¿Qué le picó a esta? -pensé yo, viendo como mi asiática se ponía de pie y con el látigo en la mano me sonreía seductora.
No puej.
No me aguanté.
– ¿Qué, vos también te volviste masista?
– ¿Trabajás en CAINCO?,
– ¿Sos del partido de Rubén Costas?
– ¿Qué andás metiendo a Dios con el babas heladas de Lucho Presi?
-le reclamé indignado, como buen boliviano que rechaza a los abusivos y a quienes negocian con ellos.
La bella amarilla me miró fijo, con la fría mirada que le dedica una suegra a su yerno boliviano y músico.
Me extendió su teléfono sin decir palabra, entró a la sala de la pasión y cerró la puerta con llave.
Me quedé fuera y como paparupa miré el teléfono donde estaba la foto del Gobernador cruceño con un titular de prensa:
– «Luis Fernando Camacho internado de urgencia en una clínica»
¡Luis Fernando, Luifer, Lucho!
La puuu…
Intenté, toqué la puerta y nada.
Y bueno…
Amanecí todo doblau y con frío en el asiento trasero de la peta y sin martes de pasión.
¡Qué metida e pata!
Ni modo.
Esta noche me desquito en el miércoles de serenata y claro, deseando respetuosamente que el Gobernador cruceño se reponga en su buena salud…
Fuente: Facebook El Escribidor