El primer antiviral oral para tratar COVID-19, molnupiravir de Merck, recibió la aprobación de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido el jueves. Pero la aprobación, para personas con alto riesgo de enfermedad grave, se produce cuando un destacado virólogo sugirió que el uso de molnupiravir podría hacer mucho más daño que bien, y podría desencadenar nuevas variantes más letales del SARS-CoV-2. Haseltine, quien describió su preocupación el lunes en una publicación de blog en Forbes. «No puedo imaginarme haciendo algo más peligroso».
Señala que los pacientes a los que se les recetan antibióticos y otros medicamentos a menudo no completan un ciclo de medicamentos recetados, una práctica que puede permitir que los gérmenes resistentes sobrevivan y se propaguen. Si los pacientes con COVID-19 se sienten mejor después de un par de días y dejan de tomar molnupiravir, a Haseltine le preocupa que los mutantes virales sobrevivan y posiblemente se transmitan a otros. “Si estuviera tratando de crear un virus nuevo y más peligroso en humanos, administraría una dosis subclínica de molnupiravir a las personas infectadas”, dice Haseltine.
“La posibilidad de generar variantes está ahí”, coincide Raymond Schinazi, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Emory. La preocupación de Haseltine se basa en estudios que muestran que los coronavirus pueden sobrevivir con mutaciones inducidas por molnupiravir. Hace dos años, por ejemplo, Mark Denison, virólogo de la Universidad de Vanderbilt, y sus colegas expusieron repetidamente coronavirus a dosis subletales de una forma del fármaco llamado EIDD-1931 para probar si surgirían virus resistentes a los medicamentos. Informaron que en poblaciones de dos coronavirus, el virus de la hepatitis murina y el virus que causa el síndrome respiratorio de Oriente Medio, 30 rondas de dicho tratamiento con medicamentos causaron hasta 162 mutaciones diferentes que no mataron a los virus. Pero Denison señala que su estudio no cataloga mutaciones en virus individuales; más bien, surgieron hasta 162 mutaciones en poblaciones de células infectadas con uno de los dos coronavirus.
Por su parte, Ravindra Gupta, un microbiólogo de la Universidad de Cambridge, advierte que los virus mutados pueden tener mejores probabilidades de prosperar en las personas más propensas a tomar molnupiravir: pacientes con sistemas inmunológicos comprometidos. Debido a que las vacunas son menos efectivas para proteger a esos pacientes, dice: «estas son precisamente las personas que tienen más probabilidades de recibir molnupiravir».
La pregunta más importante es si el molnupiravir proporciona una presión selectiva que impulsa al virus hacia la transmisibilidad o la virulencia. Hoy por hoy, no se puede descartar eso.
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El 30 de noviembre, un comité asesor de la FDA revisará la posible autorización de uso de emergencia para molnupiravir en los Estados Unidos.
Ronald Palacios Castrillo,M.D.,Ph.D.
