El gobierno sueco autorizó el jueves la construcción y puesta en marcha de una instalación para almacenar sus residuos nucleares en Forsmark. La ONG ambientalista Greenpeace denuncia una decisión «irresponsable».
Con información del corresponsal de RFI en Estocolmo, Frédéric Faux
El gobierno sueco dio luz verde el jueves al entierro definitivo de los residuos radiactivos de las centrales nucleares del país en un emplazamiento subterráneo diseñado para durar 100.000 años.
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El anuncio del ejecutivo socialdemócrata llega después de años de debate y pocas semanas después de la salida del gobierno de los ecologistas, que se oponían a esta solución.
Se eligió un terreno en Forsmark, cerca de una de las dos centrales nucleares suecas en funcionamiento, a unos 130 kilómetros al norte de Estocolmo, no lejos del mar Báltico.
Los residuos radiactivos de las centrales nucleares suecas serán sellados en cilindros de cobre y se bajarán a 500 metros bajo tierra en galerías de granito rellenas de arcilla.
El dispositivo, que se supone que mantendrá los residuos a salvo hasta que vuelvan a ser inocuos dentro de 100.000 años, fue anunciado por la ministra sueca de Medio Ambiente, Annika Strandhäll, que lo calificó de decisión histórica. «Lo hacemos para cumplir con nuestra responsabilidad tanto con el medio ambiente como con la humanidad, pero también con el suministro de electricidad a largo plazo de Suecia y con los puestos de trabajo suecos», dijo la ministra.
Algunos científicos siguen siendo escépticos acerca de la capacidad del cobre para resistir la corrosión durante tanto tiempo, pero los habitantes del municipio de Forsmark, que recibirán los silos de cobre y donde ya existe una central nuclear, se declaran favorables al proyecto en un 85%: se han prometido 1.500 puestos de trabajo para la excavación de los túneles y la construcción de la planta de encapsulamiento, durante 10 años. El proceso se concluirá definitivamente en 2100.
Críticas de Greenpeace
Greenpeace lamentó una decisión con «100.000 años de consecuencias». La ONG ecologista denunció la «excesiva inseguridad» en torno a la solución y una decisión gubernamental «irresponsable”.
Suecia imita así su vecino Finlandia, que actualmente está construyendo un basurero nuclear en Eurajoki, en la costa suroeste del país. El centro, que se está terminando de construir, debería recibir los primeros envíos de prueba en 2023 y estar operativo en 2025.
Como en Finlandia, las barras de combustible gastado se introducen primero en bidones de hierro fundido. Estos botes se introducen en silos de cobre que, si se sellan correctamente, deberían permanecer teóricamente herméticos durante 100.000 años.
Fuente:Radio Francia Internacional