Los periodistas que pasaron por sus cabinas defendieron la democracia y llevaron los micrófonos a la gente. Mario Espinoza y John Arandia toman hoy la posta.
Fuente: paginasiete.bo
Ivone Juárez / La Paz
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Pasan minutos de las 10:00 y en la cabinas de radio Fides, Mario Espinoza recibe a John Arandia saludándolo y halagando su impecable y moderno traje que los oyentes también pueden ver, porque el encuentro se transmite por televisión por cable y redes sociales. De inmediato comienza un diálogo entre estos dos periodistas, reconocidos en Bolivia por su trayectoria, sobre todo en la televisión boliviana. La charla se inicia abordando una otra noticia de la crisis de la justicia en el país y cada cual expresa su criterio, opina. Espinoza en su estilo directo y ácido, Arandia aportando más información sobre el tema.
Así termina el Café de la mañana, dirigido por Epinoza, y comienza Antes del mediodía, el programa que Arandia sostendrá hasta las 12:00 desde las instalaciones de la radio en la calle Indaburo. Emite su señal desde ahí desde los años 80. Cuando nació, el 2 de febrero de 1939, lo hacía desde el Colegio San Calixto, donde inició una labor que acaba de cumplir 83 años sintonizando con los bolivianos.
Con el respaldo de la Compañía de Jesús, decenas de periodistas tomaron los micrófonos de Fides. Unos, valientes y comprometidos al extremo de entregar su vida por la democracia; otros, innovadores y soñadores que llevaron los micrófonos de la radio a la gente y fueron capaces de hacer realidad una competencia internacional de ciclismo y la campaña de solidaridad más importante de Bolivia.
“En Fides entendieron que la gente no quiere que le resuelvan los problemas, sino que se la escuche, y ahí la información se convirtió en comunicación. Por la radio pasaron periodistas de mucho valor que hicieron posibles objetivos grandes como la carrera de ciclismo y la campaña por la Sonrisa de un niño. Algunos logran tal notoriedad que incluso llegaron la política”, comenta Mario Espinoza a Página Siete al finalizar su programa. Está en la radio más de cinco años, por invitación de la emisora.
“Fides no sólo cooperó con información, sino con mensajes a través de las noticias y debates que determinaron muchas acciones en el país. No sólo fue protagonista, sino un actor importante en la democracia; muchos de los que pasaron por la radio ofrendaron sus vidas. Fides es el semillero de comunicaciones y periodistas que hoy están por todo el país”, señala John Arandia.
Hace algo más de dos dos años está de regreso en el mundo Fides, se podría decir, porque desde sus 22 años se formó en radio Láser 98, parte del Grupo Fides, en lo que se convirtió la radio de música clásica que nació en 1939.
La radio de música selecta
En 1939 Bolivia vivía tiempos de posguerra después de la culminación del conflicto del Chaco (1932-1935) y los padres jesuitas, que habían apoyado al Ejército boliviano durante la contienda bélica, inauguraban la primera radio de la Compañía de Jesús en el país con la presencia del mismo presidente de entonces, Germán Busch, quien dio un discurso de ocasión.
El contenido de la radio estaba a todo de la tendencia de entonces, giraba en torno a la difusión de música clásica e información emitida por la BBC de Londres. Los jesuitas Pierre Descotes y Ángel de Lapuerta estaban detrás del proyecto, que era parte del Colegio San Calixto, que en tiempos de guerra fue un hospital de campaña.
Descotes era un sacerdote científico que llegó a Bolivia para fundar el Observatorio de San Calixto. Desarrolló un sistema de radios para comunicarse con otros observatorios, lo que le permitió donar un transmisor al Ejército boliviano durante la guerra. Para la radio logró tal tecnología que su transmisor de onda corta llegaba a EEUU, Europa y Asia. Lapuerta se hizo cargo del contenido. Ese 1939 quería que la radio difundiera información del Congreso Eucarístico, señala Percy Brun.
Brun es el historiador de radio Fides y en su oficina tiene una importante cantidad de libros escritos que cuentan el paso de la radio por Bolivia. Tiene la misión de cada tres años registrar lo que pasa con y en el medio. En su oficina guarda también en estantes una gran cantidad libros de contabilidad de la radioemisora. “Todo está registrado y auditado”, remarca.
Con el formato musical clásico y de noticas del extranjero, Fides llegó hasta 1955, cuando el padre Jaime Salvía Pinós asumió la dirección del medio e intentó desarrollar un equipo de prensa. No tuvo éxito, pese al gran apoyo de los voluntarios, alumnos del Colegio San Calixto. La gestión de Salvía Pinós se extendió hasta 1960, cuando toma el mando el sacerdote José Gramunt de Moragas, que logra concretar el objetivo.
Periodismo valiente
“El padre Gramunt logró traer el periodismo profesional a la radio”, dice Percy Brun.
Gramunt estaba formado en periodismo. No hacía locución pero escribía una columna titulada ¿Es o no es verdad?, “con la cual hacía una crítica muy áspera a la coyuntura política y social en el país. Se convirtió en un líder de opinión de gran peso de los años 60, 70 y 80”, comenta.
La muerte del Che
El 8 de octubre de 1967 radio Fides dio la primicia de la muerte del guerrillero Ernesto Che Guevara en Bolivia, lo que le valió el reclamo del Gobierno de entonces. “Llamó un sacerdote de Santa Cruz alertando sobre el ajusticiamiento del Che Guevara y la radio decidió dar la noticia. Apenas pasó eso, llamaron del Gobierno para reclamar por una noticia que decían no era oficial. Pero finalmente admitieron que era cierto y llevaron a un grupo de periodistas a Vallegrande”, cuenta Percy Brun.
Recuerda que en esos años, la radio contaba con periodistas de talla como Hernán Maldonado, Juan Carlos Salazar y Salim Sauma. “Si bien el padre Gramunt tenía una visión conservadora, nunca imponía su visión a los periodistas, los respetaba”, dice.
El paso de Luis Espinal
A finales de los años 60 llega a la radio el sacerdote y periodista Luis Espinal y a inicios de los 70 se hace cargo de la dirección de la radio, coincidiendo con el golpe de Estado militar de 1971 encabezado por Hugo Banzer. Espinal, que abrazaba la Teología de la Liberación, dedica la línea editorial del medio para criticar al Gobierno de facto. “Desde el Ministerio del Interior llamaban constantemente para reclamar por la posición de Espinal, pero él no aceptaba dejar su defensa de la democracia”, cuenta Brun.
Recupera el testimonio del operador Juan Pando para recordar que en 1971, el régimen intentó callar a la radio, atacando sus antenas instaladas en la zona de Següencoma. “ Pero se equivocaron y destruyeron otras antenas. Juan Pando relató que sin saber del ataque, en la radio decidieron finalizar edición, lo que coincidió con el atentado. La gente pensó que se había acallado a la radio, pero no era así“, cuenta.
Espinal estuvo un año a cargo de la dirección de Fides hasta el regreso del padre Gramunt, quien continuó con su objetivo de convertir la radio en un referente del periodismo con la libertad de expresión como base.
La segunda gestión de Gramunt terminó en 1978, cuando la Compañía de Jesús nombró como director de la radio al sacerdote y periodista de 34 años Eduardo Pérez Iribarne.
El golpe de 1980
Radio Fides, por su carácter contestatario a los gobiernos militares, a los que investigaba y fiscalizaba permanentemente, fue blanco de muchos ataques, pero sin duda el más duro fue el asesinato de Luis Espinal. En 1978 Espinal volvió a Fides con un programa de crítica de cine, mientras dirigía el Semanario Aquí, desde donde ejercía un fuerte crítica al régimen. El 22 de marzo de 1980 fue secuestrado y apareció muerto, con señales de tortura y de haber sido acribillado. La radio dio la noticia y transmitió en vivo el entierro; además, hizo su causa conocer lo ocurrido con el sacerdote y a los responsables.
Pero la respuesta del poder contra Fides no terminaría ahí. El 16 de julio de ese 1980, durante el golpe de Estado de García Meza, los militares ingresaron a las instalaciones de la radio en el Colegio San Calixto a punta de metralleta destruyendo todo lo que encontraron a su paso. Buscaban al director, el padre Eduardo Pérez, quien salió en medio de periodistas y trabajadores con los brazos en alto, sin que los militares lo reconocieran. “Se confundieron y se llevaron a otro jesuita, pero el padre igual salió exiliado a Venezuela”, dice Brun.
Fides fue cerrada alrededor de dos años y se le retiró la licencia, hasta el 14 de febrero de 1982, cuando fue reabierta, después de una titánica gestión del padre José Gramunt, quien toma nuevamente la dirección del medio en sus actuales oficinas de la calle Indaburo. Esto hasta 1986, cuando entrega el mando de la radio nuevamente a Eduardo Pérez.
La nueva Fides
Eduardo Pérez imprimió un nuevo estilo y formato a la radio. “Lo primero que hizo fue romper la formalidad en la forma de hacer radio. Él quería un periodista espontáneo que hablara desde la calle, que dialogara con la gente, algo impensable en los años 60 y 70”, señala Percy Brun.
El periodista Edwin Pérez Uberhuaga contó en una entrevista anterior con este medio cómo fue ese proceso. Él llegó a Fides a inicios de los 90. “Fue un cambio casi traumático, porque de la seriedad de mis crónicas tuve que pasar a que mis noticias e investigaciones debían comenzar haciendo reír de incredulidad a los oyentes. Así que un titular leído por Andrés Rojas era seguido por el paceñísimo ‘yaaaa’”, relató.
Percy Brun señala que esos titulares jocosos eran redactados por Eduardo Pérez.
“Estaba acostumbrado a entrevistar a presidentes, políticos y el padre Pérez me empujó a hablar con la vendedora de dulces, el heladero, los niños de la calle. El pensamiento de la calle merecía reflexiones y debates, en los que la gente participaba por teléfono”, añadió Uberhuaga.
“La mentalidad central del padre era que la gente se exprese por la radio y crear opinión pública para contribuir a la democratización del país”, dice Brun.
Junto a Edwin trabajaron en la radio reporteros como Cristina Corrales, ya fallecida, y Rodolfo Gálvez. La primera dirigió un programa de ayuda social con el que impulsó una chocolatada en Navidad para los niños que se convirtió en la campaña Por la sonrisa de un niño, la más importante del país. Gálvez, por su lado, con el programa La calle, rompió los esquemas de la radiodifusión y planteó la transmisión de una competencia de ciclismo local que se convirtió en una competencia internacional, La vuelta a Bolivia, con el trabajo de todo el equipo de reporteros y trabajadores de Fides.
“Ellos plantearon las ideas y el padre Pérez las hizo realidad, poniendo siempre metas grandes y queriendo ganar a la radio Metropolitana, de Carlos Palenque, y lo logró. Algo fundamental es que introdujo la mentalidad administrativa y de empresa que mantenemos hasta hoy en la radio”, señala Brun.
Cristina Corrales y Rodolfo Gálvez alcanzaron tanta notoriedad que ambos incursionaron en la política, lo que los alejó de Fides.
Y en la nueva Fides nació también La hora del país, el noticiero de toda Bolivia.
Fides, una escuela
La radio que nació en el seno de los jesuitas llegó al nuevo milenio convertida en el Grupo Fides, un referente como medio de comunicación, con Eduardo Pérez convertido en uno de los líderes de opinión más influyentes de Bolivia.
La periodista Beatriz Cahuasa recuerda que llegó a la radio en 2005, sedienta de seguir la escuela construida por Pérez. Cuenta que dejó una de las radios más prestigiosas, para hacerse cargo de un programa en Fides al borde del cierre de emisión. “Me atreví porque necesitaba experimentar esa escuela del género de opinión que Fides daba en el escenario de la libertad de expresión, el respaldo de la Compañía de Jesús y el prestigio que había alcanzado Eduardo Pérez. Las condiciones estaban dadas”, comenta.
Pero puso tanto empeño a su primer programa, que Pérez, que la había escuchado detrás de los equipos de control -como solía hacer- la promovió al horario estelar de la mañana. Tres meses después Beatriz era jefa de prensa de Fides La Paz y un mes después editora general del Grupo Fides.
Beatriz es parte de las mujeres periodistas que aportaron en Fides, igual que Ana María Romero, Cristina Corrales y Felipa Peña. Ella suma a dos más en esa lista, a Rosario Vidaurre y Felipa Rojas, “dos mujeres que no pasaron por el micrófono de la radio, pero que fueron y son vitales“, dice.
Junto a ellas está un sinnúmero de profesionales técnicos y de otras áreas que construyeron Fides, y, por supuesto, más periodistas, entre ellos Nicolás Sanabria, Saúl Jemio, Javier Alanoca, Sixto Valdez, Marcelo Huanca, Iván Ramos y Edwin Conde.
“Algo fundamental que tiene Fides es la credibilidad que le dejaron profesionales que pasamos por este medio de comunicación. Para generar credibilidad tiene que haber un trabajo serio y comprometido con la gente, no con un grupo económico o político, sino con la gente”, afirma Beatriz Cahuasa que dejó las cabinas de Fides en 2015. Esas cabinas en las que hoy Mario Espinoza y John Arandia toman la posta en una radio que espera a su siguiente generación de hombres y mujeres periodistas dispuestos a seguir sintonizando con Bolivia, tener sueños y realizarlos.
Fuente: paginasiete.bo