El agotamiento del “modelo del 2006” y los problemas para encontrar financiamiento podrían llevar al país a un cuello de botella en la presente gestión.
El economista Mauricio Ríos García encendió una luz de alarma con su artículo 2022 será un año muy distinto, donde anticipa que el crack económico de Bolivia podría darse en los próximos 11 meses.
En el presente artículo de eju.tv, repasamos algunos de los tópicos advertidos por Ríos García en su nota y le hicimos algunas preguntas adicionales sobre su diagnóstico y previsiones. También pedimos la opinión del economista Jaime Dunn, quien avizora problemas con indicadores económicos disminuidos, combinados con la apertura de oportunidades en sectores puntuales.
Puntos centrales del artículo de Ríos García
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-“La madre del cordero está en el sistema bancario y financiero”, por la intervención del Banco Central de Bolivia en las tasas de interés crediticio y por “la acumulación consecuente de una serie de activos tóxicos en el conjunto del balance del sistema”.
-“Los detonantes pueden ser identificados fundamentalmente en la falta de financiamiento para que el modelo económico impuesto en 2006 sobreviva”.
-“La falta de financiamiento, que depende en gran medida de los 3.000 millones de dólares (que pretendían emitir ya en el primer trimestre de 2021, y ahora de los 2.000 millones de dólares en este primer trimestre de 2022, permitiría salvar los problemas de más corto plazo y evitar un auténtico desastre, pues, entre otros aspectos, permitiría apuntalar las reservas del Banco Central, inyectar liquidez al sistema bancario y financiero, y evitar una devaluación cambiaria e incluso posibles corridas de los depositantes”.
-“La deuda interna crece a un ritmo y a niveles sin precedentes, socavando la solidez incluso del sistema previsional de pensiones, y la crisis en YPFB se traduce en una creciente incapacidad de producción”.
-“Los economistas convencionales que tanto gustan del gasto público a manos llenas ya no tienen motivos para celebrar incrementos en los precios de las materias primas, sino todo lo contrario. El giro ha sido de 180 grados”.
-“También hay posibles detonantes en el ámbito internacional. La Reserva Federal se prepara para incrementar tasas de interés en marzo, y para repetir la operativa entre 3 y 5 veces más en el resto del año frente al incremento permanente de la inflación, que se encuentra en máximos de 40 años”.
-“Si la Fed incrementa tasas, a Bolivia le será todavía más difícil (caro y políticamente inviable) conseguir financiamiento”.
-“La recomendación ante este escenario es invertir en el exterior”.
Activos tóxicos y FMI
Le preguntamos al economista cuáles serían los activos tóxicos que señala en el sistema financiero, y si el gobierno de Arce podría verse ante la necesidad de acudir al FMI.
Sobre el primer punto, dijo que se refiere a “los que han sido especialmente estimulados por la política económica del gobierno, con créditos artificialmente baratos, como la vivienda social entre varios otros”.
En la otra cuestión, indicó que “el gobierno tiene la necesidad de conseguir financiamiento de quiera fuera posible, pero con el FMI sería una catástrofe política no solo por aspectos ideológicos, sino porque habría exigencias que implicarían firmar el acta de defunción del modelo impuesto desde 2006”.
Medio millón de empleados públicos
Por su parte, Jaime Dunn remarcó que el problema fundamental de la economía boliviana este 2022 “se debe esencialmente al modelo económico del gobierno que prevalece desde el 2006. Modelo que se basa en el alto precio de los commodities, el consumo y el alto gasto público para funcionar. Es un modelo que nació con una fecha de expiración vinculada a la baja del precio de los commodities, lo que sucedió a partir del 2013. El problema es que ese modelo aún continúa en una nueva versión bajo Arce, pero sin los ingentes recursos logrados en sus momentos y con un nivel de gasto más alto. Eso se aprecia en los altos niveles de endeudamiento interno, especialmente necesarios para seguir alimentando a un modelo ya agotado”.
Respecto al excesivo gasto, dijo que hay “una planilla de 520.000 empleados públicos, todos de un partido político: el MAS. Se podría decir que es un partido político cuyo presupuesto es básicamente el PGE de Bolivia”.
El modelo necesita miles de millones de dólares
“Para que el modelo económico agotado funcione, son necesarios miles de millones de dólares. Se buscarán más de 5 mil millones de dólares en el extranjero, en un mercado internacional muy desafiante por el incremento de las tasas de interés. La emisión de bonos internacionales por 2 mil millones de dólares, seguramente será a tasas el doble de las emitidas hace 10 años”, señaló.
Dunn también advirtió que “para financiarse con deuda interna, se acapararán recursos de las AFP que podrían estar fluyendo hacia el sector privado. Se generará sin duda una competencia desleal a favor del Estado y en desmedro del sector privado, por los recursos internos del país”.
Veremos mayor presión tributaria
El economista opinó que, igualmente, veremos una mayor presión tributaria para cobrar más a los de siempre: “ya el PGE establece un incremento de recaudación tributaria del 14,5% (sin IEHD/IDH). Linera habló de más impuestos a la banca. Es muy posible, además, que los aportes-impuestos para la función social se amplíen de de las entidades financieras a otros sectores. Podrían también bajar el techo de los impuestos a las grandes fortunas de 30 millones de Bs. a 10 millones de Bs., por ejemplo”.
“Dado el fracaso de la política hidrocarburífera, este año estaremos importando más combustibles de que lo vendemos por gas. Por lo tanto, más impuestos y menos subvención al diésel del sector agrícola es muy probable”, añadió.
Indicadores económicos disminuidos
En conjunto, el analista consideró que todas estas medidas “llevarán a un 2022 de un crecimiento del PIB más cercano al 2,5% a 3,5%. Como existe la posibilidad de no poder solventar el alto gasto presupuestado y especialmente la inversión pública de mas de 5 mil millones de dólares, prácticamente la más alta de la historia de Bolivia, y adecuada para los momentos de boom, no de crisis, eso implicará un impacto directo al crecimiento de la economía”.
“Con seguridad, este año de sobreprometer a los bolivianos más de lo que el modelo agotado puede realmente lograr en resultados, creará una crisis muy fuerte de expectativas en la población, lo cual derivará en conflictos sociales. Es decir, habrá un cambio hacia indicadores económicos claramente disminuidos”, subrayó.
Liberar exportaciones y reducir el déficit fiscal
Dunn dijo que para minimizar los riesgos es fundamental la aplicación de medidas como la reducción del déficit fiscal, apertura de mercados, incremento de exportaciones (liberar exportaciones, principalmente la agroindustria), otorgar seguridad jurídica, atracción de Inversión Extranjera Directa, mayor inversión privada, gasto público racional, eliminar el financiamiento a “empresas estatales zombies”, flexibilización laboral y diálogo con los empresarios privados.
Oportunidades en biocombustibles y biotecnología
“Los inversores locales que tengan un espíritu más aventurero y menos aversidad al riesgo, deben estar atentos a cambios drásticos que ahora pueda realizar el gobierno por efectos de la crisis y su necesidad de mantener el modelo agotado aún vigente. Seguramente, se abrirán oportunidades en el ámbito de alianzas público privadas, la generación de biocombustibles y la flexibilización en el ámbito de la biotecnología. A partir de este año, veremos que la ideología política colisionará de frente con la realidad económica”, concluyó.
Edición y entrevistas: Emilio Martínez
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