El prófugo es hijo de un coronel de las FFAA de Bolivia
Vania recibía malos tratos, por lo que decidió alejarse de su agresor en marzo de 2021. Sin embargo, luego de ocho meses, la madrastra del acusado le había pedido regresar con el ahora prófugo.
Vladimir Irahola. Foto: RRSS.
Alegre y muy querendona de su familia, así la describen a Vania Trujillo (37) que el 18 de febrero de este año fue presuntamente asesinada por su pareja Vladimir Irahola (21), quien desde que convivió con la víctima mostraba un perfil posesivo y violento.
A finales de 2020, el hombre acudió a averiguar sobre las carreras que ofrecía la Universidad Franz Tamayo (Unifranz); allí lo atendió Vania y desde ese día comenzaron a frecuentar hasta que se hicieron pareja. En enero de 2021 decidieron convivir en un departamento que Vania tenía en la zona Bajo San Antonio de La Paz; sin embargo, los problemas comenzaron por los celos que tenía aquél a pesar de que la mujer se dedicaba solo “a su trabajo y a él”.
“Antes de que lo conozca a Vladimir, mi prima siempre estaba con nosotros, siempre se acordaba de tíos, primos y visitaba a todos a menudo. Somos una familia muy unida y los fines de semana nos reunimos para compartir el almuerzo u otra actividad; pero desde que conoció a su pareja, ella se alejó de nosotros; ya no asistía a ninguna actividad”, relató Denisse Blanco, prima de la víctima.
A medida de que pasaban los días, Vania recibía malos tratos, por lo que decidió alejarse de su agresor en marzo de 2021. Sin embargo, luego de ocho meses, la madrastra del acusado le había pedido a Vania regresar con Vladimir. “Nadie lo quería en su familia y mi prima, por compasión y quizá porque lo quería, regresó con él en enero de este año. Incluso, mi prima le contó a una tercera persona que lo estaban buscando por un caso de violación y le pidió a esa persona no comentar nada con nosotros”, dijo Denisse.
Vania era comunicadora social y trabajaba en la Unifranz desde hace algunos años. Era la mayor de dos hermanas. Su madre se dedicaba al comercio y su padre falleció en año pasado.
“Vania conoció a muchas personas en la universidad donde trabajaba, tenía amigas y amigos, y Vladimir les bloqueó a todos sus contactos del WhatsApp sin motivo alguno, a pesar de que ella no le daba motivos para que desconfíe”, acotó la prima de la víctima.
El 18 de febrero, Vania se convirtió en una cifra más de feminicidio. Falleció por estrangulamiento, pero el hombre intentó hacer creer que la mujer se había quitado la vida con un líquido para limpiar la grasa de la cocina.
Ese día, la Policía lo trasladó hasta la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) donde brindó su declaración, sin embargo, la falta de una orden de aprehensión dio paso a que el feminicida se dé a la fuga.
“Luego de su declaración lo han conminado a que se presente en 48 horas, pero no volvió más, a pesar de que mi familia les pidió a las autoridades que lo detengan no lo hicieron. El asesino se fue ese día con su padre”, dijo Denisse.
El viernes, la Policía aprehendió al coronel de la Policía Militar I. Irahola, acusado como coautor del hecho, ya que permitió que su hijo se dé a la fuga. El Ministerio Público afirmó que pedirá prisión preventiva para el sindicado.