Según la Ley No.2027 del Estatuto del Funcionario Público establece que éste “…es aquella persona individual, que independientemente de su jerarquía y calidad, presta servicios en relación de dependencia a una entidad sometida al ámbito de aplicación de la presente Ley..”, sin embargo, vemos con preocupación la actitud y acciones violentas de los “servidores públicos” del partido de gobierno, en contra de la población que piensa diferente al Movimiento al Socialismo (MAS), éstas acciones incluso pueden calificarse como delincuenciales si se adecuan a tipos penales como instigación pública a delinquir, lesiones leves, graves y gravísimas y sus agravantes, entre otros, cuando éstos generan violencia con premeditación en contra de la ciudadanía que se expresa pacíficamente en las calles o en las plazas de nuestro país.
Es bueno recordar al gobierno del MAS que en su afán de vulnerar los derechos ciudadanos, también vulnera la Constitución Política del Estado, que en su Numeral 4, Artículo 21 indica que las bolivianas y bolivianos tienen derecho “a la libertad de reunión y asociación, en forma pública y privada, con fines lícitos”, así como el parágrafo II, Artículo 106 establece que “el Estado garantiza a las bolivianas y los bolivianos el derecho a la libertad de expresión, de opinión y de información, a la rectificación y a la réplica, y el derecho a emitir libremente las ideas por cualquier medio de difusión, sin censura previa”.
Los hechos de violencia generados por “estos servidores públicos” así como también de militantes del masismo a través de sus grupos de choque en contra de la población, son una expresión de resentimiento, odio, venganza y abuso. Estos grupos radicales actúan al margen de la ley y muchas veces a vista y paciencia de las instituciones del orden como son la Policía y las FFAA. Armados de palos, hasta piedras, petardos y huevos, entre otros, arremeten contra el ciudadano que expresa su desacuerdo contra el régimen.
Todos recordamos a los Wila Luch´us que amenazaron con quemar la casa de la activista de los derechos humanos, Amparo Carvajal, y que en pasados días también fue amedrentada, agredida e insultada por los “servidores públicos” del gobierno de turno en la plaza Avaroa de la ciudad de La Paz, una franca falta de respeto a una persona de la tercera edad, pero sobre todo a una ciudadana representante de los derechos humanos y de la democracia en el país. Grupos radicales de choque y violencia como los Satucos, que reparte patadas, palazos y puñetes a quienes con su bandera boliviana expresan su disconformidad contra el gobierno. Son esos “servidores públicos” que por conservar su “pega” se constituyen en la expresión más represiva de un régimen que raya en la dictadura y eso solo por mencionar algunos casos y ni qué decir de aquellos que alentaban la “guerra civil” o de esos grupos que con armas de fuego y encapuchados pregonaban la defensa de su llamado “proceso de cambio”.
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En consecuencia, los bolivianos que disienten con el régimen, nos enfrentamos a un Estado de terror parecido o igual a los tiempos de la dictadura, donde se tenía que “andar con el testamento bajo el brazo”, hoy la dictadura se disfraza de “mayoría” y democracia, no es la Policía ni las FFAA las que resguardan el orden, sino los “servidores públicos” y grupos de choque masistas quienes se encargan del trabajo sucio; lo dijo, hace un tiempo atrás, Evo Morales de crear “milicias armadas”, las vimos en Santa Cruz cuando jóvenes en camionetas, armados con palos y petardos desbloqueaban calles y manifestaciones pacíficas, situación que la Fiscalía dijo que investigaría y no lo hizo.
La pregunta: ¿Hasta dónde el MAS será capaz de llevar la confrontación entre bolivianos, jugando con fuego, pensando equivocadamente que al poder no se lo debe interpelar? No vaya a ser que se cumpla el refrán de “fue por lana y salió trasquilado” en el entendido de que todos estos abusos y demostración de violencia de los “servidores públicos” y grupos de choque masistas vayan a ser contrarrestados por la población, lo malo es que esa situación puede llevar a un camino sin retorno, donde la violencia no pueda ser controlada.
Hoy son amenazas, insultos, patadas, puñetes, palos, piedras y petardos en contra del pueblo, mañana podrían ser con armas la violencia progubernamental. ¿Por qué el MAS quiere llevar a nuestro país a una situación de caos y convulsión social? ¿Por qué nos confrontan entre bolivianos? La respuesta es que, los mueve el miedo, ese miedo a perder la hegemonía y el poder, miedo a que 15 años de gobierno sean auditados y condenados por el veredicto del pueblo que no debe temer, ya que “cuando la gente le teme al gobierno, hay tiranía, cuando el gobierno le teme a la gente, hay libertad” (Thomas Jefferson); por tanto, exhorto a permanecer en la lucha pacífica, no permitamos que nos amedrenten, tenemos otros elementos, más allá de la violencia con los cuales combatir, al final será el MAS quién termine por autoeliminarse, cuando su gente se dé cuenta que es solo la élite masista y sus dirigentes corporativistas quienes usufructúan y se benefician del poder, mientras que los indígenas y el verdadero pueblo a quienes dicen representar siguen sumidos en la miseria, la pobreza, utilizados por la cúpula oficialista y su realidad es la misma, el “proceso de cambio” solamente llegó a los bolsillos de la élite masista.
Dr. Henry Omar Montero Mendoza
Senador por Santa Cruz