Entre los carteles que mostraban se leían frases como “las niñas quieren los mismos derechos”, “no nos quedaremos calladas” o “todo está prohibido para nosotras excepto la pobreza”
Fuente: Infobae.com
Decenas de mujeres protestaron este domingo en la capital de Afganistán por el aumento de la pobreza en medio de la grave crisis económica que sufre el país tras la llegada al poder de los talibanes, así como por su derecho a trabajar y a recibir una educación, antes de ser dispersadas.
”Muchas mujeres y niñas se reunieron para alzar la voz contra la pobreza, el desempleo, el derecho a trabajar y a estudiar, pero las fuerzas de seguridad de los talibanes no nos han permitido continuar normalmente con la protesta”, dijo a Efe Zulia Parsi, una de las organizadoras y miembro del conocido como Movimiento Espontáneo de Mujeres Activistas.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
”Las niñas quieren los mismos derechos”, “no nos quedaremos calladas” o “todo está prohibido para nosotras, excepto la pobreza” fueron algunos de los eslóganes lanzados por las manifestantes antes de que los fundamentalistas dispersaran la protesta.
Parsi explicó que los talibanes confiscaron algunos teléfonos móviles y solo los devolvieron a sus propietarias tras haber borrado imágenes de la manifestación.
”Por desgracia, no se comportaron bien con nosotras, atacaron a algunas manifestantes y les quitaron sus teléfonos”, dijo, antes de pedir a la comunidad internacional que “preste atención a Afganistán” para evitar “una catástrofe humanitaria”.
Con la llegada al poder de los talibanes, la comunidad internacional suspendió temporalmente los fondos para la reconstrucción de Afganistán, que suponían alrededor del 43 % de su producto interior bruto (PIB), según datos del Banco Mundial, lo que agravó la crisis humanitaria y económica que atraviesa al país.
Los derechos humanos en el país han vivido un fuerte retroceso desde el regreso al poder de los talibanes, sobre todo en el caso de las mujeres, que han visto cómo los fundamentalistas incumplían sucesivamente sus promesas e iban imponiendo más restricciones.
Los islamistas han impuesto a las mujeres el uso de vestimentas que las cubran por completo como el burka, limitado el acceso a los puestos de trabajo, salvo en contadas excepciones como el sector sanitario, la necesidad de viajar acompañadas de un varón de la familia o el cierre de las escuelas a las estudiantes de secundaria.
Sin embargo, los talibanes insisten en que muchas de estas limitaciones son temporales, a la espera de que encuentren el modo de que la mujer pueda, por ejemplo, acudir a la escuela o al trabajo en el marco de ley islámica y la cultura afgana, que según los islamistas rechaza el contacto general entre hombres y mujeres.
DERECHOS DE LA MUJER
El Gobierno talibán calificó este viernes de “infundada” la preocupación de la ONU por el retroceso de los derechos de las mujeres, como es el caso de la imposición del burka, y reafirmó su compromiso en garantizar sus libertades “dentro del marco religioso y cultural aceptado por los afganos”.
Así lo aseguró el Ministerio de Exteriores afgano en un comunicado emitido el pasado 27 de mayo, en respuesta a una declaración pactada del Consejo de Seguridad de la ONU, que mostraba su “profunda preocupación por la creciente erosión del respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales de las mujeres y niñas” en Afganistán.
Los quince miembros del Consejo de Seguridad responsabilizaron el martes a los talibanes de este retroceso, y les pidieron dar marcha atrás a todas las políticas restrictivas con los derechos y libertades básicas de las afganas, incluida la obligación de usar el burka o vestimentas similares en lugares públicos o en televisión.
Sin embargo, los fundamentalistas precisaron que el uso obligatorio del burka en espacios públicos “está en consonancia con las prácticas religiosas y culturales de la sociedad” de mayoría musulmana.
(con información de EFE)