El ministerio de Trabajo emitió la Resolución Ministerial N°1104 del 20 de septiembre de 2022, mediante la cual se establece un nuevo procedimiento de refrendado (sello y constancia de cumplimiento) de pago de finiquitos y quinquenios. Mediante esta disposición, el Ministerio de trabajo ha optado por obligar a los empleadores y trabajadores o herederos (en caso de fallecimiento del trabajador) para que estos acudan a oficinas de la Jefatura del Trabajo y manifiesten su conformidad con el pago respectivo y así el Ministerio del Trabajo pueda controlar el cumplimiento del derecho. Quienes han tenido la (mala) suerte de estar en estas oficinas, sea por trámites, multas o denuncias, sabrán la poca capacidad de espacio existente para poder albergar a la cantidad de personas que diariamente acuden para cumplir con sus obligaciones o solicitudes. Hoy, con esta nueva disposición, se sumarán más personas diariamente a las oficinas del Ministerio de Trabajo, simplemente para cumplir con nuevas medidas engorrosas y sin sentido. El simple hecho de tener que sacar una ficha y esperar un turno para que un funcionario público de mala gana atestigüe un pago, es algo propio de sátiras. Además, si consideramos el hecho que solo hay quince días (calendario) para cumplir con el trámite (desde que finalizó la relación laboral) y aparte, considerar el límite de atención debido a la cantidad de funcionarios que hay para atender, es de esperar que se genere un caos que la propia Jefatura del Trabajo no podrá solucionar.
Es triste e impresionante el afán de querer centralizar un acto “probatorio”, bajo el título de controlar el cumplimiento de los derechos laborales, cuando bien saben que esta misma acción se podría realizar ante cualquier notario de fe pública y así evitar la sobre saturación en un edificio que de por sí no puede abastecer para recibir la cantidad de denuncias y trámites de toda la ciudad. Es de conocimiento general que el Ministerio de Trabajo cuenta con recursos limitados, prueba de ello son los ambientes laborales de los mismos funcionarios. Asimismo, no pueden lograr cubrir sus propias fiscalizaciones y en razón a sus carencias, buscan conseguir sus objetivos obligando a los empleadores y trabajadores a dejar su fuente laboral, para perder el tiempo haciendo una fila para ser atendidos por alguien que deberá revisar todos los requisitos que se deben adjuntar y encima correr el riesgo de que observe alguno por la ausencia o ilegibilidad de una fotocopia.
Es increíble pensar que en 2022, cuando la digitalización y el teletrabajo están dirigiendo el mundo, nosotros en Bolivia seguimos alimentando filas, fotocopias y trámites burocráticos. Es triste, pero es nuestra realidad, estas son nuestras autoridades y la solución que nos brindan.
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Oscar Gómez Berthon
Abg. Msc. Derecho Laboral y SS.