El poder del pueblo cruceño se manifestaba en el Cabildo, institución española que permitía a los ciudadanos elegir a sus gobiernos locales cada primero de año. El Cabildo, podía sesionar de manera cerrada -entre los cabildantes- o abierta cuando se consultaba la opinión de la población sobre determinados asuntos.
Se puede evidenciar -en estos casi cinco siglos de historia cruceña- que la fuerza de Santa Cruz radica fundamentalmente en su gente. En la gente que está dispuesta a luchar por la consecución de lo que considera sus legítimos derechos.
A lo largo de los doscientos cincuenta años en los que la Gobernación de Santa Cruz de la Sierra formaba parte del imperio español, los cruceños no dudaron en enfrentarse a las autoridades superiores, radicadas en Lima o en Charcas, para defender sus derechos. Demás está recordar el episodio de 1573-1574, en el que los cruceños dirigidos por D. Diego de Mendoza se enfrentaron a las disposiciones del Virrey Toledo, que les negaba su derecho a las exploraciones en busca de Eldorado.
El poder del pueblo cruceño se manifestaba en el Cabildo, institución española que permitía a los ciudadanos elegir a sus gobiernos locales cada primero de año. El Cabildo, podía sesionar de manera cerrada -entre los cabildantes- o abierta cuando se consultaba la opinión de la población sobre determinados asuntos. Y como se puede evidenciar en el estudio de nuestro pasado, en Santa Cruz de la Sierra, el cabildo abierto era una práctica común.
El 24 de septiembre de 1810, un cabildo abierto decidió apoyar la causa patriota y depuso al representante de la corona española y el 14 de febrero de 1825, un cabildo proclamó la independencia de la Gobernación. Fue el cabildo cruceño que dio las 21 instrucciones a los diputados que fueron a la asamblea deliberante que dio origen a Bolivia. La primera constitución aprobada en 1826 eliminó el régimen municipal y por ende el poder local. Bolívar sabía que la independencia había surgido en los cabildos y no estaba dispuesto a que los pueblos sigan teniendo ese espacio de poder. En 1839, durante la presidencia del cruceño José Miguel de Velasco se reestablecieron los municipios. Y desde ese momento los municipios fueron adquiriendo cada vez más competencias, llegando en 1947 a ser un espacio en el que las mujeres podían elegir y ser electas. Con la llegada del MNR al poder en 1952, los alcaldes dejaron de ser elegidos para ser nombrados por el gobierno central. La recuperación de la autonomía municipal se dio en 1985, gracias a la presión del pueblo cruceño, que exigió su derecho a elegir nuevamente al poder local.
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Fue un cabildo en 1876, que nombró a Andrés Ibáñez como prefecto del departamento, después de liberarlo de la prisión en la que se encontraba desde el 29 de agosto de ese año. El gobierno había disuelto el poder municipal en Santa Cruz de la Sierra, que en ese momento estaba dominado por los Igualitarios, partido político de Ibáñez. Éste afirmaba que la suspensión de la municipalidad es privar al pueblo de la protección natural, y se rebeló contra esa decisión estatal, lo que le costó la cárcel. De igual manera fue un cabildo que en junio de 1921 exigió al gobierno central la construcción del ferrocarril oriental.
El cabildo del 10 enero de 1951 fue convocado por el recién creado Comité pro Santa Cruz. Como se afirmaba en el momento de su creación era un organismo que ajeno a las contingencias políticas y superior a las diferencias personales, tenga por norte la defensa de nuestros derechos y sirva también de acicate para exigir que los poderes públicos cumplan con lo deberes que tienen. Ese cabildo decidió llevar a cabo una huelga general, como se llamaba entonces al paro cívico, hasta que el gobierno provea a Santa Cruz del combustible que el mismo departamento producía. Fueron cinco días de paro y en las noches se realizaban manifestaciones, en las que como decía un periódico de ese momento, fue la muestra elocuente de una colectividad resuelta al sacrificio en voto de firmeza hasta conseguir la satisfacción de sus justos pedidos.
El 30 de octubre de 1957, las luchas cívicas se iniciaron con un cabildo que decretó un paro cívico de 24 horas en repudio al estado de sitio que el presidente Hernán Siles Suazo había dictado. El 31 de octubre, murió Jorge Roca Pereyra por una descarga de fusilería de parte del Control Político o la policía política del gobierno de Siles Suazo. Fueron dos años de enfrentamientos entre la población civil cruceña y los milicianos mandados por el gobierno central.
Finalmente, el 21 de diciembre de 1959 siendo presidente interino de Bolivia Rubén Julio Castro, promulgó la ley interpretativa de las regalías petroleras, que el presidente Siles Suazo se había negado a firmar, pese a que estaba aprobada por el congreso boliviano desde el 15 de enero de 1957.
A partir de 1981, el CpSC buscó el retorno a la democracia y una vez lograda en 1982, se centró en la lucha la descentralización tan ansiada por los cruceños. En 1984 se inició la lucha por el restablecimiento de la autonomía municipal y en 2003 por la autonomía departamental. Los cabildos y los paros cívicos marcaron esas jornadas, como lo hicieron en 2019 contra el fraude electoral.
Han pasado casi dos siglos de historia republicana, el pueblo cruceño otra vez para y sale a las calles por una causa que considera justa. Es un pueblo noble y leal con sus ideales. Su sacrificio beneficia a la colectividad de todos los bolivianos. Es nuestro pueblo, es el motor de nuestra historia, es la gente que encuentra su fortaleza en Santa Cruz.
Paula Peña Hasbún