Ante la evidente negativa del Gobierno del MAS, de realizar un CENSO de población y vivienda en el año 2023, por los motivos que todos razonamos y que se escucha entre vecinos, en las rotondas y en toda conversación entre ciudadanos; que no es otra que no querer ir a una elección 2025 con un nuevo padrón y dejar en evidencia, además, un fraude de las elecciones pasadas. Sumado a esto, tenemos que entender que, detrás del cerco genocida a Santa Cruz, así como pretender ingresar a sus bases a una ciudad que cumple un paro cívico indefinido, pero pacífico, podemos entender que, para el Gobierno, realizar el CENSO es aceptar su propia muerte y, ante una situación de supervivencia, todo ser humano ultima recursos. Analizando esto, podemos entender por qué se destila tanto odio contra el departamento que le da de comer al país e incluso, se evidencia a lo largo de estos años, el uso de todo el aparato del Estado para pretender sembrar una narrativa, donde Santa Cruz es el “malo” de la película.
Pero todo esto, todos lo sabemos y entendemos, que es cuestión de supervivencia, pues pretender ser el centro del poder político, cuando es evidente que la toma de las decisiones estratégicas que siempre han llevado al país adelante, no vienen, precisamente, del lugar en donde se administra políticamente los poderes de la corrupción, sino más bien, de parte del “malo” de la película según la narrativa centralista.
Sumamos a todo lo anterior, un elemento que nos hace preguntarnos, ¿por qué seguir así?, en un país notoriamente corrompido por el propio Estado, que siembra odio y resentimiento en cada discurso de cada ministro y de cada diputado oficialista. Ese elemento es la viabilidad económica, de un país que sin el modelo de desarrollo cruceño es insostenible. ¿Será que el mismo gobierno nos está llevando a un escenario de desborde tal, que no quede más que salir del problema bajo una receta ya probada, que es la de refundar el país, como “solución última” a todos los conflictos sociales, que son en la vida real, fácilmente solucionables con una pizca de voluntad política?
Aquí tendríamos que tener la claridad de proponer lo que creemos es una verdadera salida al problema boliviano y que es, la refundación del Estado bajo un modelo Federal, que permita reconciliar la diversidad en la unidad, de manera que todos podamos vivir en paz de una vez por todas. Esa salida se da mediante una constituyente federal, que se debe pactar cuanto antes para pacificar el país. Con ello, cada departamento llevará adelante sus CENSOS, sin condiciones y bajo sus propios términos, sin retrasos, ni mañas políticas centenarias de las que todos estamos cansados. Claro que, para dar ese primer paso, practicantes de la democracia más pura, todo depende de nuestro Cabildo.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Nicolás Villarroel S.
Escritor