Aprende a dejar de compararte con los demás para mejorar tu autoestima


Las comparaciones son uno de los principales problemas en consulta y afecta no solo a nosotros mismos, también a nuestras relaciones con los demás

Compararse es uno de los grandes problemas que tienen quienes van a consulta.
Compararse es uno de los grandes problemas que tienen quienes van a consulta. – Adobe Stock

Fuente: ABC

 

Leon Festinger introdujo en 1954 la teoría de la comparación social, mediante la cual las personas tienen un impulso innato para evaluarse a sí mismas y a menudo en comparación con los demás. El ser humano hace todo tipo de juicios sobre sí mismo y una de las formas clave en que lo hacemos es a través de la comparación social o el análisis del yo en relación con los demás. Haciendo esto obtenemos información.



Si nos apuntamos a clases de Ballet, por ejemplo, muy probablemente al cabo de los días terminemos comparando nuestras habilidades con las de otros alumnos que entraron a la vez que nosotros o incluso que llevan muchos años haciéndolo. Todos nos comparamos con los demás en nuestro mundo social y en psicología la teoría de la comparación social es una explicación de esta tendencia que tenemos a hacer comparaciones entre nosotros y los demás.

Patricia López Recio, licenciada en psicología, experta en terapia de conducta para adultos, entre otras especializaciales y CEO de Psicontigo, nos avanza que compararse es algo que encuentra muy a menudo en consulta: «Compararse es el resultado de cómo nos encontramos. Al final, si tú te comparas muy probablemente tengas una baja autoestima, y esto deriva en ansiedad y en personas que terminan por tener problemas para relacionarse con los demás o conocer gente nueva. Las comparaciones parecen básicas pero esto acaba derivando en pequeñas grandes problemáticas».

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Las redes sociales

Y aunque compararse es algo común, pese a que unos lo hagan más que otros, lo cierto es que las redes sociales hoy en día tienen mucho que ver al respecto. Como bien sabes, en Internet uno muestra el lado bonito de la vida: planes divertidos, una familia perfecta, viajes de ensueño… pero, como también debemos aceptar, una vivencia idílica en todo momento es prácticamente imposible. La psicóloga de Psicontigo asegura que mediante las redes sociales, muchas personas, más de las que imaginamos, se comparan con el lado bonito de mucha gente: «Hay que ser conscientes de que lo que se muestra en redes sociales no es la realidad. Pero esto ocurre con las redes sociales y también, por ejemplo, con el porno. Creemos que esa es la vida real cuando no es así. No pasa nada por ver porno o un desfile de modelos, pero sabiendo que lo que se nos muestra no es la realidad. en consulta trabajamos para tomar consciencia de la vida real que tenemos de la que mostramos en Internet».

La experta en psicología manifiesta su descontento por no compararnos con el lado feo de muchas vidas «básicamente porque estas no se muestran», por lo que todo aquello que vemos en Instagram, Facebook y Twitter no es más que una verdad a medias.

«Trabajamos mucho para que esa comparación no interfiera en la vida, para que no haya desconfianza y que eso no coja el control sobre ti, que es cuando las comparativas se vuelven más peligrosas. Si alguien está constantemente comparándose con los demás, ya sea alguien cercano o una figura famosa, te vas haciendo más pequeñito y se hace más complicado enfrentarse a la situación», alerta Patricia.

¿Qué hacer al respecto? Lidia Asensi, del Centro psicológico Cepsim, apunta lo siguiente:

– Identificar en qué momentos te comparas: ¿cuándo te comparas con los demás?, ¿en qué contextos lo haces? Y, ¿cuál es el objetivo que quieres conseguir a través de la comparación?

– Ser consciente del malestar y el daño que la comparación genera. ¿La comparación te ayuda a lograr aquello que quieres o te limita?

– Es importante observar toda tu historia. Esto te permitirá ser más justo contigo mismo y entender porque no has logrado determinado objetivo, así como valorarte a ti y a todo lo que has logrado.

– Parar y mirar quién eres tú y todo lo que has conseguido. «Centrarte únicamente en lo que te falta no te permite disfrutar de lo logrado. No obstante, es importe tener en cuenta que te gustaría conseguir, Todos aquellos objetivos que uno se proponga es importante que surjan de uno mismo y no de la comparación externa», dice Lidia Asensi.

– No tienes que competir con nadie. Al fin y al cabo la comparación nos lleva a una carrera dañina con los otros.

– Es importante la compasión y aceptación con uno mismo.

Desde el parón que sufrieron nuestras vidas el pasado 2020, Patricia Recio señala que ha habido un aumento en la conciencia de acudir al psicólogo para solucionar los problemas que nos tienen estancados: «Gracias a las redes sociales, los medios de comunicación y el trabajo de los propios expertos, mucha gente ha dejado de medicarse para acudir a terapia. Es verdad que pospandemia hubo un boom de citas con el psicólogo, pero podría decirse que ahora mismo la situación se ha estabilizado». Además de la ansiedad y la depresión, los conflictos de pareja, la baja autoestima y el estrés son otros de los problemas que llevan a los pacientes a coger citas con su psicólogo.


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