Acarrearon gente para montar un mitin político, se atrevieron a optar por la violencia, generaron una sensación de invasión, cercaron a quien les da de comer, sus voceros fueron los más bravucones del gabinete, insultaron, desmerecieron y ningunearon a un pueblo que se les paró firme, a pesar de todo eso, no les funcionó…
Van 18 días de paro, el gobierno cambió de estrategia, pasó de la provocación y la confrontación a jugar por el desgaste del paro cívico en Santa Cruz. Su jugada comenzó con la instalación de una falsa mesa técnica el viernes pasado, una mesa sin respaldo técnico, un circo presidido por funcionarios del gobierno que hacen de juez y parte, una mesa que no avanza, que distrae y que dilata, una mesa que se mantiene distante a la solución del conflicto.
El Movimiento al Socialismo se caracterizó en todas sus gestiones por ser un gobierno apasionado por el conflicto, su dinámica de generar conflictos controlados para quebrar y ganar legitimidad en sectores específicos le sirvió en más de una ocasión, hoy no se trata de una situación diferente, pues la fisura impuesta por el Movimiento al Socialismo, va constituyéndose en una ruptura social marcada por los extremos, en otras palabras, se va marcando la grieta boliviana.
Como ejemplo, basta analizar con que el conflicto no radica en la fecha del censo, sino en una confrontación ideológica que nos lleva a la hiper polarización del país, una confrontación que se encuadra en los intereses de un proyecto de poder que se encuentra en función de gobierno y los intereses ciudadanos capitalizados por grupos de poder en las distintas regiones del país, sosteniendo su bastión en Santa Cruz.
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El gobierno del Movimiento al Socialismo va alimentando la grieta sosteniendo los disensos, al negarse a reconocer las propuestas de la oposición y a establecer consensos, mantiene una narrativa estigmatizante, aplica una postura de fidelidad partidaria hacia sus sectores militantes, generando cortinas de humo que pretenden mostrar falsas voluntades de consensos limitándose a sentar en la mesa a los suyos, mientras va gestionando disensos con el resto.
El gobierno ya fijó el censo para 2024, está apostando por el cansancio, su postura es clara, consolidar la grieta, sentar la mano a Santa Cruz, dilatar y desgastar a los movimientos cívicos y ciudadanos.
Rodrigo G. Delgado Camacho