¿Quién es Jorge Castro?, el activista cubano que llegó por mejores días y que hoy se siente acosado por el Gobierno


Siente que en Bolivia las instituciones vulneraron sus derechos al expulsarlo por emitir opiniones sobre la dictadura cubanaf835305d-4dd5-4937-8b14-02375eae593cCastro es activista en sus redes sociales. Foto: Twitter

Fuente: ANF

 

La Paz.- Jorge Castro tiene 28 años, estudio en la universidad de la Habana, es licenciado en Microbiología. La crítica situación de su país lo obligó a migrar, es así que llegó a Bolivia con la esperanza de encontrar mejores oportunidades. Hoy esa expectativa ha sido frustrada, tras la decisión del Gobierno de expulsarlo.



Hasta ahora, Castro se había sentido protegido por el Estado boliviano, pero la pasada semana esa situación dio un giro, luego de ser notificado con una “salida obligatoria” o lo que es lo mismo, su expulsión. Tienes tres días para apelar y 15 para dejar el país.

Aún no ha tomado una decisión, no sabe si apelará ante una autoridad como la Dirección Nacional de Migración dependiente del Ministerio de Gobierno, que vulneró sus derechos y actuó “arbitrariamente”; o directamente abandonará el país, aunque no sabe a qué país se trasladará.

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“Llegue como un inmigrante más, en busca de mejores oportunidades. Tenía familia aquí y por eso decidí recomenzar en Bolivia, siempre es mejor comenzar donde hay alguien que te de soporte. Acudí a una amnistía migratoria lo que me permitió regularizar mi situación migratoria”, contó a la ANF.

El joven cubano tiene una residencia legal por dos años, que en los hechos se debería cumplir recién en octubre de 2023, pero de acuerdo a un informe del Ministerio de Gobierno “este ciudadano infringió la normativa boliviana alterando el orden público mediante redes sociales, motivo por el cual (…) se le otorga la resolución de salida obligatoria temporal”, argumentan.

Por cosas de la vida y el destino al final terminó haciendo periodismo, actualmente trabaja en el portal de noticias Cibercuba, de ciudadanos que viven fuera de ese país. Se define como un “activista en pos de la democracia”.

¿Por qué decidió salir de su país? Castro cuenta que su país vive en una crisis, “la situación en Cuba es mucho peor, pero el 2019 era realmente complicada. No es de extrañar que este año se fueron más de 220.000 cubanos. La migración cubana está bastante fuerte y yo soy uno más (de esos migrantes), comenta.

Uno de sus objetivos era juntarse con su mamá fuera de Cuba, un deseo que ahora será postergado, pues ni siquiera él tiene claro lo que le espera en el tiempo a corto y mediano plazo. “Todo sucede por algo”, dice con un tono de resignación.

La sensación de sentirse desprotegido en un país ajeno

Llegó a la oficina de Migración de Santa Cruz, solo; sin un abogado. Se sorprendió porque ya había una decisión tomada, una resolución del Ministerio de Gobierno, repartición que resolvió su “salida obligatoria” por tres años de territorio boliviano.

Tras un interrogatorio como si fuera la Interpol, Castro firmó el documento de expulsión. “Salí bastante conmocionado, preocupado, porque no pensé que las instituciones de Bolivia se fueran a plegar de tal manera al gobierno de mi país”, sostiene.

No le queda duda de la influencia determinante que asumió su gobierno desde La Habana sobre las autoridades bolivianas, pues durante los tres años que vive en Bolivia dijo que fue un ciudadano “modelo” porque no cometió infracciones policiales ni de otra naturaleza.

Considera “totalmente falso” que la expulsión es a causa de “alterar el orden público”, ya que en su activismo y en sus publicaciones siempre omitió comentar sobre la política nacional boliviana.

Sin embargo, defiende su derecho a opinar sobre su país porque asegura que “está gobernado por una dictadura hace más de 60 años, tengo todo el derecho como ciudadano de emitir criterios y hacer activismo en pos de la democracia”, comentó.

Un derecho que no se restringe a Bolivia, sino que es un derecho que “me asiste en cualquier parte del mundo y esos derechos se están vulnerando”, sostiene Castro, que también analiza acudir a la ACNUR para la protección de sus derechos.

Insiste, “no hay en mis redes sociales alusión a la política nacional de Bolivia o convocatoria a algún movimiento político ni vinculación alguna con políticos en Bolivia ni comités cívicos ni gobierno a ningún nivel. Pero la oficina Migratoria me expulsa por alterar el orden público”, sostuvo a este medio.

A los funcionarios que lo interrogaron en Migración les pidió que le demuestren en qué publicaciones estaría alterando el orden público, esa oficina le mostró un “file” o archivo con varias de sus publicaciones que están en su Twitter. En ninguna se refiere a la política boliviana, le observaron un mensaje sobre Perú.

“Yo les dije que soy ciudadano que puedo opinar sobre los procesos políticos en la región, (sobre) lo que ocurre en Argentina, Perú porque soy un sujeto de derecho, me asiste el libre pensamiento. Puedo tener una opinión política”, comentó Castro.

Pero Castro ya no se siente seguro en el país, se siente acosado por el Gobierno. “No había tenido la sensación (de acoso) hasta ahora. De parte del gobierno cubano, sí. (…) No, no me siento protegido. Salí de ahí (Migración) con una sensación de indefensión y vulnerabilidad. Salí muy conmocionado de un lugar donde se me debe respetar como ciudadano más allá de ser cubano, sino como ser humano”, argumenta.

Capturas de pantalla de las redes al estilo cubano

El activista comenta que en Migración lo primero que le preguntaron es si podían grabarle, lo que le pareció totalmente fuera de lugar que una entidad pública quiera grabar un interrogatorio que lo dejó totalmente indefenso. No accedió porque sospecha que ese material terminaría en manos del gobierno cubano.

Le preguntaron dónde trabajaba, quién y cuánto le pagaban. También le consultaron sobre los familiares lejanos que tiene en Bolivia, nombres y direcciones, lo que aumenta su preocupación ya que su situación puede a afectar a terceras personas.

Ver una carpeta con capturas de todos sus mensajes en redes le recordó a Cuba, detalló que es el mismo procedimiento que hace el gobierno cubano con los activistas “sacarle capturas de pantalla a las redes sociales, hacer un expediente extremadamente extenso y con eso acusar de algún delito”.

“No tengo la más mínima duda que vino desde La Habana”, no encuentra otra explicación cuando reitera que no cometió ningún delito, no cometió falta alguna a su residencia.

Lamentó que la determinación se haya tomado “por órdenes inequívocas por un gobierno extranjero (Cuba) me parece cuando menos preocupante y marca un precedente que es bastante alarmante que buscan en Bolivia un país seguro”.

/NVG/

 

 


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