El cruceño tiene 35 años, pero desde los 17 está involucrado en el mundo comercial de la publicidad. Tiene más de tres millones de “Me gusta” en sus publicaciones en la red social TikTok.
Desde chico, desde siempre, le gustaba volar. A los 18 años ya trabajaba en la unidad creativa de Aerosur, era la época en la cual los diseños de los aviones tenían pinta de toros (Torísimo) o de delfines de río (Bufeo). Le gusta dejar volar la imaginación y su pista de despegue fue un libro de su niñez; y la gasolina de su avión es la imaginación. Hoy tiene su agencia de publicidad y es un rostro conocido en las redes sociales.
Eduardo Salvatierra hace tiktoks históricos y curiosos, en los cuales Bolivia y Santa Cruz son sus personajes. Además, pilotea las publicidades de una decena de empresas; y El Capi se encarga de unas siete.
Nace El Capi
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Eduardo Salvatierra nació en la ciudad de Santa Cruz 35 años atrás. En tanto que la partida de bautismo de El Capi data de un nickname.
¿Por qué el Capi?, se le pregunta a Salvatierra y él sonríe porque ya está acostumbrado a escuchar esta interrogante. “El Capi es un apodo que me puso el padre de un amigo cuando yo era chico porque me encantaban los aviones. Él me decía ‘Capitán’ y de pronto todos mis amigos acabaron diciéndome ‘El Capi’. Y cuando ponía mi usuario en 2018 para Instagram puse Yo soy El Capi”.
Hasta que El Capi surcó los cielos del mundo comercial. “Me dediqué al rubro publicitario porque, como decimos acá, yo era muy dañino con las computadoras desde chico. Entonces comencé a programar y a hacer páginas Web, ahí me estalló la cabeza con las cosas que podía crear y justo un amigo mío me preguntó ‘¿oye vos podés hacer una página Web para un proyecto de biocombustible?’ y yo le respondí ‘claro’. Arranqué y se hizo un hit la página. Ese cliente me llamó a otro cliente, de ahí vino uno más importante que me llamó a otros 20 más grandes aún”.
Eran tiempos en los cuales las páginas Web comenzaban a ser una propuesta para hacerse conocer. El Capi recuerda que por entonces cobraba muy poco o casi nada. “Te soy sincero, que yo a mis 18 años ya estaba trabajando muy bien gracias a Dios y estaba ganando digamos como una persona grande, cuando yo tenía esa edad. No lo hacía por la plata, lo hacía porque me gustaba, ‘¿me entendés?’”, narra en un café de Equipetrol, barrio que muestra la pujanza económica de Santa Cruz de la Sierra.
El año 2011 Aerosur se vino en picada; y Salvatierra decidió emprender en el rubro de la publicidad. Pronto tuvo un aprendizaje: “Las empresas querían desarrollar piezas audiovisuales de alta calidad y de bajo costo. Ya se requería trabajar para los medios digitales porque prácticamente ya nadie quería invertir en medios tradicionales o de televisión porque las pautas publicitarias eran 70 mil, 80 mil o 100 mil dólares”.
Fue entonces que creó la empresa Brand. Realizaba videos para compañías de todo tipo. Cuenta que vendía alta calidad a bajo costo.
Volar a velocidad crucero
En 2018 un amigo le sugirió que dé la cara y que sea protagonista en las redes sociales. Otro le recomendó que vea a un youtuber famoso. “Lo vi, me chocó y después me terminó gustando ese youtuber que era Luisito Comunica”, narra Salvatierra. Así El Capi se alimentó con más conocimiento.
Por trabajo viajó de Santa Cruz a Madrid y tuvo la suerte de subir al Busines Class en el 787 Air Europa y él, amante de los aviones, aprovechó esa travesía y la narró en un blog.
Su rostro ya salió una y otra vez, pero como emprender nunca es sencillo él tuvo que lidiar con algunas críticas. “Me costó mucho porque no te olvides que nosotros todavía vivimos en pueblos por más que estemos en ciudades. La mentalidad a veces sigue siendo de pueblo y hay quien dice ‘está haciendo blogs, se enloqueció, se cree YouTuber… así todavía nos critican en Bolivia”, refiere el hombre que en la actualidad tiene presencia en TikTok, Facebook, Instagram y YouTube.
En TikTok las cifras de sus usuarios trepan a los 300 mil seguidores y sus publicaciones suman más de tres millones. En Facebook, en menos de seis meses, ya tiene 100 mil seguidores; pasó los 80.000 seguidores; y en YouTube suma 21.000.
Los vuelos de El Capi
El avión pirata o El Majadito tienen una historia detrás de ellos; y El Capi sabe cómo contarlas de manera entretenida. Sus videos son cortos y usualmente duran entre 60 y 90 segundos.
Comenzó narrando datos poco conocidos, luego ofreció videos con mitos y leyendas. También incursionó en temas de la cultura popular, urbana y digital; “entonces hago una miscelánea digital en la cual hay de todo y para todo”, dice el cruceño que en todos sus posteos tiene mucha investigación.
¿Y de cómo se le ocurrió a Salvatierra incursionar en este mundo? “Todo viene de una inspiración que yo tuve de niño, cuando era niño mis padres me regalaron un set de libros que se llamaban El universo de los jóvenes que era nuestro Google. Eran unos libros azules que te aseguro que los viste en la casa de algún amigo”, explica el creador de contenidos, quien es hincha de Oriente Petrolero.
Hubo un momento en el cual se le ocurrió reinventar el estilo del libro con su estilo; principalmente ambientado en Santa Cruz de la Sierra y en algunos sitios de Bolivia.
Añade: “Comencé con cosas de Santa Cruz y me dije ‘voy a explicar de dónde nacen los árboles del Primer Anillo, entonces averigüé y me di cuenta que lo había hecho don Noel Kempf Mercado y por eso es lleno de tajibos. Este hombre que en paz descanse era un ambientalista importante”.
Luego hizo otro video en el que daba información (él dice data) del Salar de Uyuni. Y todo aquello resultó viral. Fue el momento en el cual decidió apostar por los videos cortos en sus redes sociales. “Entonces le voy a dar duro a esto, me dije. Obviamente yo tengo algo en mi cabeza de que la persistencia supera al talento. Podés ser muy talentoso y ser un maestro; pero no sirve de nada si no tienes persistencia”, refiere Salvatierra, quien con su empresa publicitaria Brand lleva las cuentas de una decena de firmas; en tanto que El Capi trabaja con unas siete.
Siempre investiga los temas que va a publicar, cierta vez publicó una nota con tintes de leyenda de Miserendino, un personaje del cual se han escrito muchas notas. Hubo quienes le pidieron explicaciones a El Capi y otros lo felicitaron. “No publico nada sin investigar”, reitera.
Él cree en el trabajo consistente: “Yo puedo ser muy malo pero si soy muy insistente vendiendo mis empanadas puedo incluso hacer una franquicia. Por eso siempre les digo a amigos míos que nunca tiren la toalla”.
En su celular ya tiene un calendario con actividades próximas que hará y dice que les volará la cabeza a sus seguidores. Nada es casual en sus publicaciones.
Y le va bien acá y allá. Su público es nacional. Tiene seguidores en Santa Cruz, Cochabamba, La Paz y en diferentes ciudades del país. También se lo ve en Latinoamérica y Estados Unidos.
Confiesa a Página Siete que él no tiene secretos y que él no ha inventado nada; es más coemnta que sigue aprendiendo… y mientras él lo hace, en el camino va enseñando.