La ética versus la trampa
La democracia, por la que ninguna de las dos concejalas que han generado la crisis institucional en el Concejo Municipal de Cochabamba lucharon, es una decisión de la sociedad, teniendo como una de sus características las leyes y las normas construidas o transformadas precisamente por las mismas personas que las van a vivir, cumplir y proteger; la democracia es construir entre todos un orden social donde todos podamos ser felices y la reconstrucción signifique construcción de una nueva sociedad.
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En ese marco, la democracia tiene mucho que ver con la ética y la política para desechar las trampas a la que algunos personajes se han acostumbrado desde el año 2006.
La ética es la disciplina filosófica que estudia el bien y el mal con conexión al conjunto de reglas que estiman el comportamiento humano. Dicho de otro modo, la ética se refiere a las reflexiones y decisiones personales, acerca de las normas morales que ya están establecidas por la sociedad.
Si esto es así y escrito está, el comportamiento de las concejalas de la alianza Súmate, que ha generado la crisis institucional en el Concejo Municipal de Cochabamba, es censurable porque ambas han acudido a la trampa para escamotear el progreso de nuestra llajta, vulnerando la ética política que no es otra cosa que el comportamiento de los servidores públicos y su puesta en práctica en los asuntos del gobierno municipal.
Las dos ediles -que llegaron al legislativo municipal no por méritos sino por “favores”- han puesto en evidencia la práctica de la política sin ética, perdiendo totalmente su función de servicio público, es más, como no han tenido formación política, poco o nada saben de los principios básicos de la receptividad, transparencia, dignidad, de los fines colectivos, de servicialidad y de responsabilidad.
Lamentablemente, ambas servidoras públicas no han actuado explicando claramente los motivos por los que adoptaron la decisión de aliarse con sus similares adversos para hacerse de la Presidencia y de la Secretaría del Concejo, ambicionando conformar una nueva mayoría repudiando así la voluntad popular, exponiendo que tienen dobles intenciones y una grave inmoralidad política en usar a Súmate como una simple alianza para obtener otros fines, además con sus acciones de aferrarse a la transgresión convertido en engaño, ponen de manifiesto que viven de la política y no como buenas políticas vivir para la política.
Pero lo más grave es que han decidido dejar de lado sus valores humanos de convivencia saludable, los valores sociales que conlleva su comportamiento con la sociedad para alcanzar el equilibrio y bienestar; en síntesis, las elegidas desatinadamente por “favores”, con su acción del 3 de mayo pasado, han puesto en práctica sus antivalores actuando de forma inadecuada e incorrecta que están asociados a conductas antiéticas, atentando contra los valores sobre los que se funda nuestra vida en sociedad, como el respeto, la tolerancia, la honestidad, la responsabilidad, la lealtad y la gratitud, entre otros.
Por: Henry Gonzalo Rico García es Abogado y ex Secretario General del GAMC.