El “agente 007” del Papa mide cada palabra y su pesquisa en Chile causó la “decapitación” de la cúpula eclesial


El papa Francisco lo nombró capellán de su santidad el 27 de abril de 2018 como reconocimiento por su trabajo en Chile. La Conferencia Episcopal anunció que llegará a Bolivia.

El “agente 007” del Papa mide cada palabra y su pesquisa en Chile causó la “decapitación”

Monseñor Jordi Bertomeu durante su visita a Chile, en 2018. EMOL



Fuente: Página Siete  / La Paz

 

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Jordi Bertomeu es uno de los hombres clave del entorno del papa Francisco, probablemente uno de los que le genera más confianza dentro del Vaticano. Los medios lo consideran como una especie de “agente 007” por su rol en las investigaciones para el pontífice sobre los casos de abusos sexuales en la Iglesia católica.

Su trabajo lo ha llevado sobre todo a América Latina y ahora a Bolivia para entrevistar a fondo a presuntos abusadores y a sus víctimas, para hablar con los encubridores de la jerarquía y para investigar todos y cada uno de los casos con rigor y eficacia con el objetivo de que la verdad salga a la luz y se haga justicia.

De acuerdo con la edición española de Vanity Fair -revista que publicó un extracto de la entrevista publicada en su totalidad en el libro Intrigas y poder en el Vaticano, de Vicens Lozano-, Bartomeu es siempre reservado, muy cauto. Mide las palabras. “Un personaje -se lee en el texto- tan oculto para la opinión pública como clave actualmente para la imagen e incluso la supervivencia de la Iglesia católica”.

El papa Francisco lo nombró capellán de su santidad el 27 de abril de 2018 como reconocimiento por su trabajo en Chile, y por tanto ostenta el título de monseñor. La tarea de Bertomeu en tierras chilenas, además de granjearle el agradecimiento del pontífice, lo catapultó como “el flagelo de los sacerdotes pedófilos”, según publican los medios de aquel país.

Las circunstancias lo llevaron a ser el encargado de dirigir las investigaciones que concluyeron con la “decapitación” de prácticamente toda la cúpula de la Iglesia católica de Chile, bien por abusos, bien por encubrirlos.

 

La Conferencia Episcopal de Bolivia dio a conocer en las últimas horas que solicitó la presencia de Bertomeu “para analizar juntos en los próximos días los avances realizados hasta el momento, en la línea de la cultura de la prevención impulsada por el Papa Francisco”.

En la entrevista citada, el monseñor indica que el encubrimiento de los abusos en la iglesia es una de las formas de corrupción más graves que se deben afrontar.

“El encubrimiento del abuso sexual a menores, es una de las formas más graves de esta corrupción que también debemos afrontar en el seno de la Iglesia (…) Durante casi dos mil años, la Iglesia era una entidad de poder que controlaba la comunicación. Con la comunicación digital, eso se ha acabado. Ahora es casi imposible continuar pensando que los trapos sucios se lavan en casa, gestionando las crisis desde el secretismo”.

El “agente 007” del Vaticano también indicó que a pesar de la mediatización de los casos de pederastia en el clero no existen estadísticas que avalen la “leyenda negra” que se ha establecido en los medios sobre la iglesia.

“La pederastia clerical es un fenómeno sobre el cual no hay grandes estudios hechos con una base estadística fiable. Los datos de los que disponemos no permiten avalar el pánico social que algunos, de manera interesada, quieren provocar en la sociedad difundiendo la nueva leyenda urbana sobre la pederastia en la Iglesia. Si en el mundo hay cuatrocientos sesenta y seis mil sacerdotes en activo, nosotros hemos tratado solo poco más de seis mil casos. Son muchos, sí. Seguro que hay muchos más, en países donde todavía no se denuncian estas injusticias. Todos son una vergüenza y una herida sangrante para la Iglesia. Pero estos datos tampoco pueden avalar la leyenda negra que algunos querrían expandir”, sostuvo.

Bartolemeu también señaló que actualmente se instrumentaliza la lucha contra el abuso sexual en pos de intereses inconfesables y se utilizan como “armas arrojadizas” contra la iglesia.

“Se instrumentaliza la lucha contra los abusos sexuales en pos de intereses espurios e inconfesables en una guerra mundial mediática contra aquellos que denuncian la suerte de los últimos, de los más vulnerables. Parecen tener interés en el asunto de los abusos sexuales a menores en la Iglesia, pero, en el fondo, lo utilizan como arma arrojadiza contra el oponente. Tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI, y ahora Francisco, han dado un giro copernicano a esta materia que seguro que la historia les reconocerá. Todos ellos han ido dando pasos cada vez más decididos hacia la erradicación del problema”.

El religioso dijo en su entrevista que reconoce que su labor puede ser muy difícil y que solo puede resistirse poniéndose en manos de Dios y estando “enamorado de la justicia”.

“Me siento llamado a compartir este horror y a llevar, con la ayuda de Dios y en la medida de mis posibilidades, esta carga. Siempre en nombre del Señor. Consciente de mi propia fragilidad y de los ataques que puedo recibir por la exposición a la opinión pública, que evito tanto como puedo. Nueve años tratando estos casos a diario, leyendo y escuchando relatos espeluznantes, solo pueden resistirse si te pones en manos de Dios y si estás enamorado de la justicia. Sé que nuestra capacidad de hacer justicia real es muy limitada. Sé que nunca podremos reparar el mal cometido. Nunca jamás. Pero tenemos que intentarlo. Hemos de luchar por hacer de la Iglesia un espacio seguro para la infancia y la juventud. Un espacio sin ningún tipo de abusos”.

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