La presentadora de televisión esperó años por la llegada de su hija y fuera de todo pronóstico, Dios la sorprendió con María Lourdes
En tan sólo meses, la vida de Cecilia Bellido (44), dio un cambio rotundo. Tras varios intentos de embarazos, pérdidas y sufrimiento, la presentadora de televisión desistió de tener más hijos; sin embargo, la fe y el amor de Dios pudieron más y la bendijeron con la llegada de su hija, quien está a punto de cumplir un mes de nacida.
Y es que el Señor le regaló su más grande bendición y es su pequeña María Lourdes, quien, como ella dice, llegó con un propósito a su vida.
– ¿Cómo llega María Lourdes a su vida?
Fue una sorpresa maravillosa, la familia estaba consolidada y con la bebé la vida nos premió. Ella no estaba en nuestros planes inmediatos; hace años atrás la buscamos y no pudimos lograr el embarazo, cuando llegó la noticia fue una sorpresa. Dios sabe su propósito, y hay una coincidencia muy linda: mis tres hijos se llevan con 12 años de diferencia, Mariano (24), Darío (12) y doce años después llega María Lourdes.
– ¿La noticia de su embarazo la tuvo bien guardada?
Yo nunca tuve malestares, un día me levanté y dije estoy embarazada, y
me enteré los primeros días de octubre. Tuve un embarazo muy tranquilo, por eso lo tuve en reserva.
– ¿Costó embazarse?
Había muchas cosas que hicieron que no me pueda embarazar, cumplí 44 años en enero, tengo una condición clínica que no me permitía tener más hijos, además soy hipertensa, era imposible que yo quede embarazada. Mi gestación la llevé con mucha fe y con la voluntad de Dios.
Tras enterarme, llamé a mi ginecólogo y cardiólogo para que me cambien la medicación, ellos, mi esposo y yo éramos los únicos que sabíamos. Con mi esposo intentamos tener más hijos, pero tuve pérdidas y dijimos ahí nomás. A pesar de todos los pronósticos, el estrés, los medicamentos y mi salud, mi bebé se aferró a vivir, tenía que vivir.
Los últimos meses me iba al control una vez a la semana, teníamos que evitar la preeclampsia. Ella nació de 37 semanas, porque poníamos en riesgo mi vida si seguía una semana más, y aquí está, nació sanita.
– ¿Le cambió toda su vida?
Me cambió para bien, mi mayor logro es mi familia. Cuando me
enteré de que estaba embarazada, tomé todo con responsabilidad, hoy me doy el tiempo para cuidarla. En el trabajo me han apoyado y comprendido y eso lo valoro. Hasta en las redes recibí mucho apoyo, cuando di la noticia. Me asuste de lo que opinen las personas, pero lo único que me dieron fue amor, mi hija me cambió la vida, pero para bien.
– ¿Está todo el día con la bebé?
Ahorita sí, estoy aprendiendo, como se dice. El instinto de madre está, pero no es lo mismo que tener 20, como cuando tuve a mi hijo a tener 44 años (risas). Hay cosas que ahora no se hacen y es maravilloso volver a empezar de una forma tan hermosa.
– ¿Cuándo vuelve a la televisión?
Quiero que ella cumple un mes, que esté bien durita y gordita para volver a la radio, que eso lo haré desde casa gracias a la magia de la tecnología y ya pensar un par de meses para volver a la televisión.
– ¿Piensan tener más hijos?
Ya se cierra la fábrica (risas). Su llegada tiene un propósito y yo lo voy a descubrir, los hijos vienen a la vida cuando Dios sabe que los necesitamos. Ella viene a enseñarme algo y con los años lo descrubiré.
– ¿Qué mensaje le da a las mujeres que han pasado por su situación?
Los hijos son un propósito, yo pasé muchas situaciones, como un embarazo joven y de carencia, ahora ahí está Mariano, que es mi puntal de vida, mientras que Darío fue muy buscado, tuve pérdidas y ahora llega María Lourdes. A ellas le digo que se puede, nosotras las mujeres nos convertimos en supremas. Ser mamá es el acto de amor más grande del mundo.
– ¿Qué les dice a sus televidentes que la esperan?
Les digo que gracias por su amor, yo dije ‘si recibo tanto amor, mostraré a mi bebé en las redes sociales’. Recibo muestras de cariño, una vez se acercó una señora y me regaló dos cajas llenas de ropita, también un señor
me trajo unos baldes de somó, para que me ayude con la lactancia. No puedo creer tanto amor que me dan.