Nuestra tricolor defiende las libertades


 

Durante mi formación en la Escuela Martín Mostajo y en el Colegio José Carrasco, en mi pueblo natal donde cursé la primaria y hasta tercero intermedio, no solo que me inculcaron valores de respeto, amor, libertad, justicia, honestidad y lealtad sino que aprendí que la primera bandera fue creada por Ley de 17 de agosto de 1825 con los colores horizontales verde, rojo y verde, con cinco óvalos verdes formados por ramas de olivo y laurel que representaban a los departamentos de La Paz, Potosí, Chuquisaca, Cochabamba y Santa Cruz, con una estrella de oro al medio, la que fue modificada el 25 de julio de 1826 por el Mariscal Antonio José de Sucre en tres franjas simétricas, amarilla la superior, roja al medio y verde la inferior y en la franja central se lucía el primer Escudo de Bolivia.



La tercera bandera (actual) fue adoptada durante la Presidencia de Manuel Isidoro Belzu con tres franjas horizontales de iguales anchuras y dimensiones. Arriba, rojo, al medio, amarillo y abajo, verde e izada por primera en el faro de Qönchupata, cerca de la plaza Avaroa, el 7 de noviembre de 1851. Durante la Presidencia de Carlos Mesa se reglamenta su uso, cuyos detalles están inmersos en el Decreto Supremo N° 27630 de 19 de julio de 2004.

La bandera tricolor, el himno y el Escudo son los símbolos más importantes del Estado boliviano, sin que ello quiera decir que la escarapela, la flor de kantuta, la flor del patujú y la whipala no lo sean, pues también son demostrativos porque identifican la esencia y la diversidad del país.

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La tricolor nos hace sentir una enorme emoción de ver a cada paso, porque representa las libertades públicas de uno como ciudadano y porque eso indica que en las instituciones públicas se van a defender las libertades que impone la Constitución Política del Estado. Donde esté elevada la bandera querrá decir que en esa entidad o instituto militar se va a defender al ciudadano. ¡Por eso uno quiere ver la bandera, nuestra bandera!, los 365 días del año, porque es una clara señal de que se va a proteger las libertades y no se van a conculcar, como ensaya el Vicepresidente David Choquehuanca, quien entiende que nuestra bandera es de la República y el sometimiento y no un símbolo de defensa de las libertades. La tricolor debe flamear siempre, les guste o no a los fundamentalistas, en el Palacio de Gobierno, el Palacio Legislativo, el Tribunal Supremo de Justicia, el Tribunal Supremo Electoral, el Tribunal Constitucional, en los ministerios, gobernaciones, gobiernos autónomos, municipales, empresas públicas, embajadas y consulados.

Como escribió don Ricardo Mujía, la bandera debe ser el emblema de paz y de unión. “Pabellón tricolor, con tus franjas de laurel, de oro vivo y de fuego, por ti elevo a los cielos mi ruego, por ti ofrezco mi vida al Señor”.

Henry Gonzalo Rico García es Abogado, docente en la UMSS, Oficial Mayor del Concejo Municipal y

 Vocero del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba.


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