Actualmente, Bolivia cuenta con 40 Centros de Custodia de Fauna Silvestre (CCFS), distribuidos en seis departamentos del país; Santa Cruz, Cochabamba, La Paz, Beni, Oruro y Tarija. En ellos albergan 3.335 animales, según información a la que accedió La Razón.

El reporte fue proporcionado por el viceministro de Medio Ambiente, Magín Herrera, quien, consultado por este medio, dijo que “el total de las especies alojadas en los centros de Custodia de la Fauna Silvestre tiene la siguiente composición: 478 mamíferos, 1.799 aves, 100 peces, 957 reptiles y un anfibio”.

Los ejemplares que llegan a esos refugios son, en su mayoría, rescatados por enfrentar algún evento que los expone a vulnerabilidades, como incendios, inundaciones, sequía u otros que amenazan su hábitat y, así, su vida.

Otros llegan por el trabajo que cumplen los voluntarios y el personal de los centros de refugio.

Herrera dijo que, si bien el Estado no participa activamente de la manutención y funcionamiento de los 40 centros, su despacho “provee de medicamentos, alimentos, caniles” y otro tipo de insumos cuando esa instancia gubernamental entrega animales para su curación, rehabilitación y posterior regreso a su hábitat.

Animales

Entre los centros de custodia de fauna silvestre del país existen cinco nominaciones: centro de rescate, refugio temporal, bioparque, centro de investigación y bioparque-centro zoológico.

Con esa explicación, el funcionario detalló que los gobiernos departamentales y los municipales, según corresponda el caso, se encargan de dotar de recursos para el funcionamiento de dichos establecimientos de acogida de animales.

“Las Gobernaciones cuentan con los Centros de Custodia de Atención y Derivación y los gobiernos autónomos municipales cuentan con refugios temporales. Éstos son habilitados para la atención de fenómenos adversos como incendios, sequias, heladas y otros”, explicó el viceministro Herrera.

No obstante, también destacó que Wildlife Conservation Society (WCS), organización internacional que trabaja en ese ámbito, “coadyuva con algunos gastos de pasajes o refrigerios” para los voluntarios de esos centros de custodia de animales silvestres.

Pero el funcionamiento de los CCFS está regulado por una norma que marca lineamientos y campos de acción. Se trata del Decreto Supremo 4489, “que tiene por objeto la protección de la fauna silvestre, en el marco de la competencia exclusiva del nivel central del Estado, referida al régimen general de biodiversidad y medio ambiente, así como el Reglamento para la Custodia Responsable de Fauna Silvestre”.

CCFS

La mayoría de los CCFS se encuentra en Santa Cruz, pues en ese departamento existen 16 establecimientos que reciben a animales silvestres. Le sigue Cochabamba, donde funcionan 11 refugios; La Paz tiene siete, Beni tres, Oruro dos. Cierra la lista Tarija, con un centro dedicado al cuidado y rehabilitación de fauna.

Si bien el Estado dota de ciertos recursos para que los centros de refugio puedan operar, no es suficiente. Cada uno de esos establecimientos trabaja con voluntarios que dedican su tiempo al cuidado de los 3.335 ejemplares distribuidos en los 40 CCFS de Bolivia; en su mayoría generan sus propios recursos o, en algunos casos acuden a organizaciones que destinan recursos para realizar ese tipo de tareas.

Pero es importante conocer cuál es el principal fin de los CCFS en el territorio nacional. Los animales que llegan a ellos requieren de algún tipo de atención específica, sea por salud, orfandad o por que sus hábitat naturales se vieron afectados por algún fenómeno. Luego de atenderlos, curarlos y entrenarlos para su regreso la naturaleza, son liberados; eso, siempre y cuando el equipo de profesionales médicos del centro considere que pueden hacerlo.

A julio, solo la Comunidad Inti Wara Yasi, que supervisa tres CCFS de los 25 que están plenamente habilitados en el país, liberó 27 animales de 10 diferentes especies silvestres del país.Actualmente, 25 CCFS cuentan con habilitación plena para realizar sus operaciones, mientras que otras 15 aún esperan regularizar su funcionamiento ante las autoridades estatales que se encargan de ese ámbito.