Más de 2.000 artesanos llegaron de todo el país para ofertar sus artesanías en miniatura para niños y grandes en el Cambódromo. Hay juegos y comida típica para disfrutar
Fuente: El Deber
En la calurosa Santa Cruz de la Sierra, el mes de septiembre trae consigo una explosión de colores, sabores y sueños en forma de miniaturas. La feria de Alasitas, una festividad originaria de La Paz, ha encontrado su hogar en esta ciudad oriental, creando un mes completo de magia y alegría para aquellos que se aventuran en la muestra.
A la feria Expocruz, que se celebra simultáneamente en Santa Cruz, se presenta como alternativa las Alasitas que toma el corazón y la imaginación de todos. Desde los rincones más lejanos de la capital cruceña hasta los pueblos cercanos como Cotoca, Buena Vista y Porongo, las familias se preparan para una experiencia única.
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Las estrellas de esta feria son las miniaturas, pequeñas réplicas meticulosamente elaboradas de objetos de deseo: casas, autos, diplomas, billetes y más. Los visitantes llegan movidos por la creencia de que al comprar estas miniaturas sus sueños se harán realidad; e incluso, las parejas de enamorados pueden adelantar su deseo de casarse obteniendo un certificado de matrimonio. Todas estas emociones se mezclan en un vibrante mar de puestos.
El camino a través de Alasitas es un festín para los sentidos. Desde el humo de las comidas típicas bolivianas hasta el aroma de los sahumerios que queman las caseras. Cada paso está impregnado de deliciosos olores. ¿Antojo de un pacumuto, un silpancho o una tucumanita? Ahí, puedes satisfacer todos tus deseos culinarios.
La diversión es una constante en la tradicional feria de las miniaturas. Entre las risas y la música de fondo de cada puesto, se encuentran los juegos tradicionales que nunca pasan de moda.
Desde el tiro al blanco hasta el lanzamiento de vasos con una pelota, estos juegos desafían a los visitantes a probar suerte y habilidad. Aunque saben que es difícil ganar, la competencia entre amigos y familiares añade un toque especial de emoción.
En el área del Cambódromo, entre el séptimo y octavo anillo, las luces neón de los juegos mecánicos son característicos de la exhibición que ilumina el cielo nocturno de Santa Cruz. Los niños corren emocionados para hacer fila y subirse a los autitos chocadores, a la rueda de la fortuna o los barcos vikingos que son también parte de esta hermosa feria y que sin duda es una buena oportunidad para llevar a los pequeños de la casa a divertirse.
La feria artesanal en Santa Cruz es mucho más que un evento. Es una ventana a la rica cultura boliviana y a la conexión con sus raíces indígenas. Para algunos, es la búsqueda de objetos en miniatura que puedan ayudar a cumplir sus sueños; para otros, es simplemente una oportunidad de pasar un rato agradable en compañía de familiares y amigos.
Pero para todos, las Alasitas es un recordatorio de que la magia de la cultura boliviana está viva y vibrante, lista para ser celebrada durante un mes completo en esta tierra de deseos y tradiciones.