Desde la unidad educativa informaron que los menores de edad retornaron a clases. Las investigaciones policiales, todavía continúan.
Tras que 14 menores de edad fueron intoxicados con un fármaco utilizado como ansiolítico en una unidad educativa de Sacaba, el 8 de septiembre pasado, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) baraja la hipótesis de que un estudiante repartió el mismo, confundiendo la tableta con vitamina C.
Afortunadamente, los menores de edad fueron dados de alta, tras haber cumplido un periodo de observación médica en el Hospital México, donde fueron derivados tras ingerir el fármaco. Los resultados de toxicología indicaron que los estudiantes ingirieron benzodiazepina, un sicotrópico, conocido por sus efectos sedantes, hipnóticos y ansiolíticos.
HIPÓTESIS
El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), Freddy Medinacelli, informó que inicialmente, el menor de edad que tenía en su poder un blíster del fármaco, habría informado que un sujeto de entre 50 y 60 años le entregó el mismo, cuatro cuadras antes de llegar a su unidad educativa.
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Posteriormente, indicó que fue otro sujeto, quien le dio el blíster en la puerta de su colegio. Ante la “incongruencia” de la versión, las investigaciones policiales apuntan a que el menor de edad confundió las tabletas con las de vitamina C y se las entregó a los menores de edad.
“Esto nos ha llevado a realizar investigaciones en el entorno familiar. Se tiene conocimiento que la mamá del menor se dedica a ser lavandera y de alguna manera sabemos que, muchas veces, de la ropa que dejan los clientes a veces se queda cierto material en el domicilio. Entonces, una de las hipótesis que estamos manejando es que este material fue recogido por el menor y llevado al colegio, por la similitud que tiene con la vitamina C”, indicó el jefe policial.
A pesar de dar a conocer esta hipótesis, desde la FELCC informaron que “no pueden confirmar este hecho”, debido a que el caso todavía se encuentra en etapa de investigación.
El fármaco, utilizado en el tratamiento de los estados de ansiedad, crisis de angustia o ataques de pánico y estrés intenso, puede poner en riesgo a quien lo ingiera, sin un seguimiento y control médico.