Hoy se recuerda la lucha por la democracia del siglo XXI en Bolivia, cuando el pueblo cruceño tomo la iniciativa de luchar y defender la democracia en el país, y luego esta lucha se expandiera a todo el territorio boliviano, gracias a todo el pueblo valiente que salió a las calles con sus pititas en las rotondas con sus llantas para no se mueva un sepe, liderizado por Luis Fernando Camacho, hoy secuestrado por el Gobierno del Presidente residente Arce en Chonchocoro.
Esta defensa de la democracia permitió la unidad del país de las diferentes regiones, donde cambas, collas, chapacos; pobre y rico; y de todos los diferentes sectores, compartían una olla común y permitió enlazar los lazos de amistad.
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El resultado de este movimiento denominado “las Pititas”, fue el derrocamiento de Evo Morales que quería empernarse a toda costa en el gobierno, y como consecuencia, asume el liderazgo Luis Arce Catacora, que generaría la división y fragmentación del Movimiento Al Socialismo, entre los partidarios de Arce y los partidarios de Evo, repitiéndose la historia del siglo pasado con el MNR.
Los que “gritaban patria o muerte”, huyeron llorando como delincuentes del país, este acto cobarde muestra que los que promulgaban eran solo palabras y no hechos.
El hecho es que este experimento social del movimiento de las pititas ha dejado claro que una presión social es mucho mas fuerte, poderosa e impactante que cualquier presión política.
Atentamente,