En América Latina no está ganando la derecha, están perdiendo los oficialismos

La elección de Javier Milei en Argentina, Daniel Noboa en Ecuador o Santiago Peña en Paraguay muestran la necesidad de un cambio. Qué dicen los analistas políticos.

MANUEL FUENTES

En América Latina no está ganando la derecha, están perdiendo los oficialismos

Fuente: EFE



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En América Latina no está ganando la derecha, como podría deducirse de las victorias este año de Javier Milei en Argentina, Daniel Noboa en Ecuador y Santiago Peña en Paraguay. Lo que está sucediendo es que están perdiendo los oficialismos, según coinciden en afirmar prestigiosos politólogos consultados por EFE.

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Un año atrás, la situación hacía pensar que la región vivía una segunda ‘Marea Rosa’ como la vivida a comienzos de este siglo. Por primera vez en la historia, las cinco principales economías latinoamericanas estaban gobernadas por la izquierda.

El triunfo en Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva cerraba un mapa que había empezado a dibujarse en julio de 2018 con la victoria en México de Andrés Manuel López Obrador y en Argentina en octubre de 2019, cuando el peronismo volvió a la Casa Rosada de la mano de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.

Le siguieron Pedro Castillo en Perú, Gabriel Boric en Chile y Gustavo Petro en Colombia. Se sumaron a este movimiento Luis Arce en Bolivia, Xiomara Castro en Honduras y Laurentino Cortizo en Panamá.

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, uno de los nuevos rostros en la presidencia en América Latina. Foto: REUTERS  El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, uno de los nuevos rostros en la presidencia en América Latina. Foto: REUTERS

El castigo de las urnas

Pero las elecciones celebradas a lo largo de 2023 arrojan una conclusión diferente: cuando son convocados a las urnas, los ciudadanos se decantan por opciones que representan una alternativa a la opción política que ostenta el poder, como ha sucedido en Guatemala con el inesperado triunfo del candidato del Movimiento Semilla, el socialdemócrata Bernardo Arévalo

“La reacción pendular del electorado latinoamericano no tiene que ver necesariamente con giros ideológicos, sino más bien con el voto de castigo al Gobierno de turno por un desempeño mediocre que una mayoría circunstancial rechaza”, explica a EFE José Miguel Vivanco, del Council on Foreign Relations de Estados Unidos.

“Felizmente, la democracia electoral está afianzada en la región y eso facilita la alternancia en el poder sin mayor crisis institucional”, agrega este abogado chileno defensor de derechos humanos, que durante 28 años fue director de la División de las Américas de Human Rights Watch.

Sería un error pensar que América Latina era de izquierda y de la noche a la mañana se transformó en una región conservadora, coincide Patricio Navia, profesor titular de Estudios Liberales de la Universidad de Nueva York.

“Discrepo de esa lectura de que América Latina había hecho un giro a la izquierda. En 2019, Evo Morales perdió las elecciones y en Uruguay ganó la derecha, y en 2022 fue derrotado Jair Bolsonaro, que es de derechas”, agrega.

Lo que está sucediendo, a juicio de Navia, “es que todos los que están en el poder son castigados, porque la gente está descontenta. Y eso es lo que ha vuelto a pasar en Argentina, donde perdió el oficialismo y ganó la oposición”.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, apuesta a su reelección en 2024. Foto: REUTERS  El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, apuesta a su reelección en 2024. Foto: REUTERS

Navia admite que puede haber un cambio de tendencia en algunas de las elecciones que se avecinan, como en El Salvador, con una eventual reelección de Nayib Bukele, en febrero próximo, y en República Dominicana, donde Luis Abinader intentará renovar en mayo su mandato presidencial.

Además, en abril pasado, el candidato oficialista, Santiago Peña, del Partido Colorado, se alzó con el triunfo en las elecciones de Paraguay. “Pero bueno, Paraguay nunca ha sido terriblemente competitivo”, comenta este politólogo chileno.

Con la caída de los precios de los ‘commodities’ y un crecimiento promedio del 0,8%, este 2023 la región cumple una segunda década perdida, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Eso propicia que “en lugar de ciclos políticos largos haya más alternancia en el poder y una muy clara tendencia al voto de castigo a los oficialismos”, explica a EFE Daniel Zovatto, director regional de Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral.

Voto castigo

“De las cuatro elecciones presidenciales que ha habido este año, en todas ha prevalecido el voto de castigo, salvo en Paraguay. Los candidatos oficialistas perdieron en Guatemala, Ecuador y Argentina, donde además, los aspirantes vencedores fueron una sorpresa, nadie anticipaba su triunfo”, comenta Zovatto.

De hecho, desde 2021 hasta la fecha, todos los presidentes que fueron elegidos donde existe la segunda vuelta tuvieron que ir al balotaje, como sucedió en 2021 con Gabriel Boric en Chile, Pedro Castillo en Perú y Guillermo Lasso en Ecuador; en 2022 con Gustavo Petro en Colombia, Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y Rodrigo Chaves en Costa Rica; y en 2023 con Bernardo Arévalo en Guatemala, Daniel Noboa en Ecuador y Javier Milei en Argentina.

Nueve presidentes elegidos en segunda vuelta en tres años, enfatiza Zovatto, para quien “el tema de la alternancia en el poder y el castigo a los oficialismos se va a desacelerar en 2024, pero seguirá siendo una tendencia”.

“Másque la preferencia por la izquierda o la derecha, lo que estamos viendo es una tendencia a castigar a los oficialismos por un desgaste importante en materia de gobernabilidad”, señala el jurista y politólogo argentino.

Junto con este castigo a las opciones políticas que están en el poder, 2024 también podría ser el año en que dos mujeres accedan a la presidencia de sus repectivos países, según las encuestas, que dan como favoritas a Claudia Sheinbaum en México y a María Corina Machado en Venezuela, aunque en este último caso «no está claro qué tipo de elección va a haber, si con garantías o sin garantías», puntualiza Zovatto.