Con la aparición de terapias modificadoras de la enfermedad de Alzheimer (EA), identificar a los pacientes que podrían beneficiarse de estos tratamientos se vuelve fundamental. Barthélemy, et al. (Nat Med (2024). https://doi.org/10.1038/s41591-024-02869-z) ,evaluaron si un análisis de sangre preciso podría funcionar tan bien como las pruebas establecidas de líquido cefalorraquídeo (LCR) para detectar placas de β-amiloide (Aβ) y ovillos de tau. El % de p-tau217 en plasma (proporción de tau217 fosforilada a tau no fosforilada) se analizó mediante espectrometría de masas en la cohorte sueca BioFINDER-2 (n=1422) y la cohorte estadounidense Knight ADRC (n=337). Se analizaron muestras de LCR compatibles con inmunoensayos automatizados clínicamente utilizados y aprobados por la FDA para Aβ42/40 y p-tau181/Aβ42. Los resultados primarios y secundarios fueron la detección de patología Aβ o tau cerebral, respectivamente, utilizando imágenes PET como estándar de referencia. Los análisis principales se centraron en personas con deterioro cognitivo (deterioro cognitivo leve y demencia leve), que es la población diana de los tratamientos modificadores de la enfermedad disponibles.
El %p-tau217 en plasma fue clínicamente equivalente a las pruebas de LCR aprobadas por la FDA en la clasificación del estado de PET Aβ, con un área bajo la curva (AUC) para ambas entre 0,95 y 0,97. El %p-tau217 en plasma fue generalmente superior a las pruebas de LCR en la clasificación de tau-PET con AUC de 0,95 a 0,98. En subcohortes con deterioro cognitivo (BioFINDER-2: n=720; Knight ADRC: n=50), el %p-tau217 en plasma tuvo una precisión, un valor predictivo positivo y un valor predictivo negativo del 89-90% para la PET con Aβ y del 87- 88 % para el estado de tau-PET, que fue clínicamente equivalente a las pruebas de LCR, y mejoró aún más hasta el 95 % utilizando un enfoque de dos puntos de corte. El %p-tau217 del plasma sanguíneo demostró un rendimiento clínicamente equivalente o superior a las pruebas de LCR aprobadas por la FDA utilizadas clínicamente en la detección de la patología de la EA. El uso de análisis de sangre de alto rendimiento en la práctica clínica puede mejorar el acceso a un diagnóstico preciso de la EA y a tratamientos específicos de la EA.
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