Instan a cambiar la “mentalidad castigadora” y ayudar en la reintegración social a exreclusos

En Bolivia muchas personas que dejaron la cárcel sufren por el estigma de haber estado presas y les es casi imposible conseguir un trabajo para mantener a sus familias, señaló el director de la Fundación Munasim Kullakita (FMK), Riccardo Giavarini

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De pie, Riccardo Giavarini.

 

Fuente: ANF / La Paz



 

El director de la Fundación Munasim Kullakita (FMK), Riccardo Giavarini, instó a la sociedad a cambiar la “mentalidad castigadora” hacia las personas que sufrieron cárcel y ayudarles a reintegración con la creación de fuentes de empleo.

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Giavarini indicó que muchas personas que dejaron la cárcel sufren por el estigma de haber estado presas y les es casi imposible conseguir un trabajo para mantener a sus familias.

“Cuánta gente viene donde nosotros, a Régimen Penitenciario, y dice: ‘he buscado trabajo, nadie me da trabajo, quiero hacer una iniciativa y todos me evitan, tengo hijos que mantener’”, señaló Giavarini en el evento de presentación del proyecto “Emprendiendo para ser libres” realizado en la Defensoría del Pueblo.

Indicó que se trata de dramas personales que no deberían seguir ocurriendo, no seguir apretando la herida de estas personas, “sino más bien abrirnos y decir: bueno, el sector privado, sobre todo los que tienen una responsabilidad social, porque no crear fuentes de trabajo, la mentalidad castigadora que discrimina y que apunta con el dedo tendría que ir cambiando”.

Señaló que todos somos personas, todos sentimos, tenemos un corazón, tenemos ideales y sentimientos comunes y “por qué despreciar y por qué dividir y por qué excluir o por qué no abrir oportunidades a las personas”.

Giavarini refirió que “Emprendiendo para ser libres” plantea una salida digna para las personas que egresan de los centros de privación de libertad, y que tiene que ver también con bajar los índices de reincidencia que siguen muy elevados.

Agregó que gracias a este proyecto han nacido diferentes ideas como experimentar espacios de acogida para personas excarceladas de los centros de privación de libertad, para que tengan una fase intermedia con ayuda para reinsertarse poco a poco a la sociedad, en un entorno seguro.

También, dijo, se veía la urgencia de que en esta fase post penitenciaria deba prepararse a la persona dentro de los centros penitenciarios, con capacitación, entender su situación, ver potencialidades con apoyo no simplemente en función a una actividad laboral, sino también a todo lo que la justicia restaurativa conlleva.

“Es decir, reconocer la equivocación que una persona ha tenido, reconocer la urgencia de la reconciliación con la víctima o con las personas que han sufrido un daño, y también la urgencia de restablecer una relación de ciudadanos con la sociedad”, enfatizó.

Dijo que también hay todo un esfuerzo de involucrar a la familia, al entorno familiar, a la sociedad, que rompan estos esquemas muy duros, rígidos, de condena, de apuntar con el dedo, de decir “estas son personas irrecuperables y que hay que evitar al máximo porque están señaladas por toda la eternidad como personas que simplemente harán daño”.

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