Los agricultores calculan que sus pérdidas de producción son alarmantes y que implicarán un detrimento económico que oscila los 300 millones de dólares para toda la cadena productiva que gira alrededor de ese cultivo.
Santa Cruz.- La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO) lanzó hoy una preocupante advertencia acerca de la crisis más severa que enfrenta el sector de la soya boliviana en los últimos 30 años. Recientes estimaciones apuntan a una alarmante reducción productiva de al menos 800 mil toneladas, en comparación con la campaña de verano 2022-2023, con una afectación económica que oscila los 300 millones de dólares para toda la cadena de valor que se enlaza con la soya.
El presidente de Anapo, Fernando Romero, reveló en conferencia de prensa este martes que las lamentables pérdidas son resultado de la sequía histórica que se registró desde el inicio de la campaña de verano 2023-2024 y que se prolongó durante el desarrollo del cultivo en las principales zonas productivas de Santa Cruz.
Pailón, Cuatro Cañadas, San Julián y San José de Chiquitos, donde se concentra el 55% de la superficie cultivada, sufren hoy una situación que amenaza la viabilidad de la industria agrícola y de todos los actores que componen la cadena productiva de la soya (proveedores de insumos, exportadores, transportistas y otros).
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Alrededor de 6.000 familias afectadas están perdiendo sus medios de vida, y además se ven imposibilitadas de cumplir sus obligaciones financieras con la banca, con los proveedores de insumos y con la agroindustria que los financian. En consecuencia, no podrán sostener la importante cadena que, además, asegura la futura siembra de alimentos estratégicos como el trigo, maíz, sorgo y girasol; los cual pone en riesgo la economía nacional y la seguridad alimentaria del país.
“La situación que atravesamos trágicamente hoy pone en peligro la sostenibilidad de toda la agricultura en nuestra región», enfatizó Romero.
Ante esta situación sin precedentes, ANAPO hace un llamado urgente a las autoridades gubernamentales para colaborar en la búsqueda de soluciones inmediatas y a mediano plazo. Entre las medidas urgentes propuestas está la reprogramación de créditos de la banca para los productores afectados, la creación de un fondo de reactivación que permita reprogramar la deuda de capital operativo a 5 años, para alivianar la carga financiera del productor; y la aprobación de nuevos eventos de biotecnología, como la soya HB4 tolerante a sequía, que se encuentra en proceso de evaluación de campo.
Asimismo, sugieren avanzar en la aprobación de la soya con tecnología Intacta con base en la homologación de los estudios realizados en países vecinos del Mercosur. Esto permitiría contar con genética de alto potencial de rendimiento para mejorar la productividad y para mitigar las perdidas por sequia y ataque de plagas.
“A pesar de estas cuantiosas pérdidas productivas, queremos aclarar que el abastecimiento del mercado interno de soya está garantizado, pues solo requiere el 20% del total anual de nuestra producción de grano”, afirmó Romero.
Sin embargo, la crisis actual -explicó- afecta de manera directa a miles de familias de pequeños, medianos y grandes productores de la región este del departamento de Santa Cruz. Pailón y Cuatro Cañadas, por ejemplo, llegan a rendimientos promedio de 800 y 900 kilogramos por hectárea, “lo cual no cubre siquiera los costos de producción”, señaló.