La odisea de los migrantes bolivianos en busca del sueño americano

Un migrante boliviano, oriundo de Montero, compartió su testimonio sobre la travesía hacia Estados Unidos en busca del «sueño americano». Describe las dificultades para cruzar la frontera

Gabriela Moreno Pareja.

Migrantes bolivianos.
Migrantes bolivianos.

 

Fuente: El Deber



Durante los últimos años, la cantidad de bolivianos que parten en busca del sueño americano aumentó. Ya sea para conseguir una mejor condición económica y elevar su calidad de vida o para asegurar el futuro de sus hijos, muchos compatriotas toman la decisión de cruzar fronteras.

EL DEBER accedió al testimonio de uno de tantos bolivianos que llegó hasta Estados Unidos en busca de un futuro mejor para él y su familia. En su relato, este migrante boliviano, oriundo de Montero, comparte los desafíos y dificultades que enfrentó en su travesía en busca del «sueño americano».

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Con una determinación marcada por la fe y la voluntad de superar obstáculos, como señala en su relato, afrontó el largo camino. «Tras un sueño americano, el sueño de muchos seres humanos», así comienza su testimonio, quien prefiere mantener su anonimato por seguridad.

El relato inicia con su salida el primero de mayo desde Bolivia, con la intención de llegar a Estados Unidos. Sin embargo, la travesía no fue sencilla. Describió cómo, tras diversos vuelos y traslados en bus a través de diferentes países como Perú, México y Panamá, se enfrentaron a complicaciones en los aeropuertos debido a requisitos de boletos y paquetes turísticos. Todo esto de la mano de un “coyote” quien los ayudaría a cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.

En México, relata que fueron tratados de forma despectiva y tuvieron que esperar largas horas en la carceleta del aeropuerto. Luego, se vieron obligados a regresar a Lima debido a cambios en la legislación migratoria y que migración no vio “creíbles” sus paquetes turísticos.

Luego de hacer una escala en Panamá, se embarcaron a Cancún y nuevamente fueron devueltos a Lima por migración. Al tercer viaje lograron ingresar a Hermosillo, México donde esperaron por más de 2 días. «Estuvimos 67 horas esperando, ya eran como las 2 o 3 de la tarde», recuerda el montereño sobre su experiencia en México.

Antes de iniciar su viaje por el desierto para cruzar la frontera, el coyote les exigió dejar todo el dinero que traían consigo por precaución y los subieron a un bus para llevarlos hasta el desierto. Describió cómo, junto a otros compañeros de viaje, caminaron largas distancias en el desierto, La dificultad del trayecto se agudiza por la falta de agua y el agotamiento físico.

Después de horas de caminata, lograron hacer contacto con autoridades migratorias estadounidenses y fueron llevados a centros de refugio en Texas. Sin embargo, relata que las condiciones en estos centros eran precarias y se sintieron tratados «como perros» durante su estadía.

No les permitían estar parados o sentados, los obligaron a estar en cuclillas durante horas bajo el sol, y a pesar de proporcionarles agua, los alimentaron con “migajas”, luego de no haber comido durante su tránsito por el desierto.

Finalmente, gracias a la ayuda de un amigo que compró su pasaje de avión, logró ingresar oficialmente a Estados Unidos. «Dios es grande, me tendió su teléfono», menciona el migrante al describir el momento en que pudo concretar su viaje hacia su destino final.

También comentó que muchos de los migrantes que salen a buscar un mejor futuro no llegan hasta su destino, ya que son detenidos por la policía de migración, en el mejor de los casos, o simplemente desaparecen y no se tiene más noticias de ellos. Y que el precio del coyote ronda entre los 2.000 a 9.000 dólares americanos.

Este testimonio refleja la determinación y los desafíos que enfrentan miles de migrantes en su búsqueda de una vida mejor. A través de su relato, este migrante boliviano comparte una historia de resiliencia, fe y esperanza en medio de un camino lleno de obstáculos y adversidades.

Fuente: El Deber