Los economistas Jaime Dunn y Horst Grebe consideraron que la subvención a los hidrocarburos ha tenido un “alto costo” para el Estado y que, actualmente, repercute en la situación compleja en materia económica del país.

Bolivia atraviesa por un periodo complicado en la economía, debido a la escasez de dólares, déficit fiscal, caída de exportaciones y una ausencia de alternativas para generar ingresos.

Pese al momento crítico, el Gobierno continúa subvencionando los carburantes. En 2023 se destinó un total de Bs 12.678 millones (unos $us 1.821 millones), un 66% más de lo proyectado en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2023, que fue de Bs 7.642 millones.

Según datos del Ministerio de Economía, se evidenció que, del total de recursos destinados para la subvención a los hidrocarburos, Bs 12.477 millones fueron para diésel y gasolina, los restantes Bs 202 millones para incentivos y otros.

En 2022, la subvención a los combustibles significó para las arcas del Estado la suma de $us 1.700 millones.

En Piedra, Papel y Tinta, de La Razón, Dunn afirmó que la subvención de los hidrocarburos provoca, a largo plazo, un déficit fiscal que genera una inflación, que —en su criterio— es el impuesto más nocivo y regresivo para los sectores más empobrecidos.

“La subvención te ayuda con una mano y te cobra con la otra, a través del desabastecimiento y la inflación”, añadió.

Criticó que al Estado le ha costado mantener la subvención por más de $us 2.000 millones en los últimos años.

En concordancia, Grebe aseguró que la inflación es “uno de los peores males” para la economía y, peor aún, cuando es creciente. También criticó la subvención de los carburantes y explicó que el Estado compra hidrocarburos caros y los vende baratos en el mercado interno.

“Antes exportábamos gas y con eso podíamos solventar (los gastos y la subvención)”, añadió.

En su criterio, la intervención del Estado en los precios del mercado no puede ser en una sola dirección. “Cuando se mueve la economía, se mueve el exterior. No puedes seguir con el volante fijo”.

Cuestionó que el gobierno del expresidente Evo Morales no se preparó para el periodo de “vacas flacas”. En su criterio, se deben implementar medidas administrativas sobre la subvención y establecer una escala de precios.

Todo ello con el objetivo de que, por ejemplo, propietarios de autos de lujo o transportistas de gran escala paguen su combustible fuera del marco del subsidio. “No puedes dar un susidio a todos. La discriminación se debe hacer con medidas administrativas”.

Hace un par de semanas, tras la sobredemanda de hidrocarburos en el país, el presidente Luis Arce anunció que las Fuerzas Armadas se movilizarán a las principales estaciones de servicio de todo el país, con el objetivo de garantizar la distribución de combustible y evitar su desvío a actividades ilícitas.

Con más de 800 efectivos de las Fuerzas Armadas en las estaciones de servicio en todo el país, luego de la instrucción del presidente Luis Arce, la oposición cuestionó la “militarización”, con el argumento de que se trata de un intento de represión como en épocas de dictadura.

Grebe criticó la medida de militarización y aseguró que “en ninguna parte del mundo se ha batido la inflación y desabastecimiento” con las fuerzas coercitivas

En coincidencia, Dunn consideró que la inflación fue reprimida con subvenciones. “Nos ha costado mantener esa inflación. Nos hemos comprado el control de la inflación”.

En su criterio, la “mejor manera” de mantener una inflación baja es ahorrando, invirtiendo y produciendo. Del mismo modo, lamentó que el Gobierno intente controlar la inflación con las Fuerzas Armadas en los surtidores.

“Que terrible para las Fuerzas Armadas tener que luchar contra los tomates y capaz pierdan esa guerra”, acotó.