Expresidente de la CAF: “Necesitas una visión integral, no parches”

Llamó la atención sobre la baja nota de riesgo del país y la necesidad de una estrategia.

Expresidente de la CAF: “Necesitas una visión integral, no parches”

ENTREVISTA. Enrique García en la cabina de Correo del Sur Radio, la mañana de este martes. CORREO DEL SUR

 



Fuente: https://correodelsur.com

El expresidente y forjador de la Corporación Andina de Fomento (CAF) – Banco de Desarrollo, Enrique García, llegó a Sucre para participar de la conmemoración del 50° aniversario de Fonplata, este martes.

En una entrevista concedida a Correo del Sur Radio, García, uno de los mejores economistas de la región, habló de varios temas, entre ellos, la compleja situación económica de Bolivia.

CORREO DEL SUR (CD).- ¿Cuál es su diagnóstico de la situación económica del país?

Enrique García (EG).- Estamos en un punto que es fundamental que se llegue a entendimientos entre Gobierno, oposición, los sectores, porque la situación macroeconómica es extremadamente delicada: las reservas internacionales han caído, los déficits fiscales son altos… Se habla mucho de estos temas, pero no se habla casi nada del problema más complejo que para mí es el estructural: qué vamos a exportar, qué vamos a producir, cómo vamos a hacer, teniendo en cuenta que América Latina en general, pero Bolivia en particular, su capacidad de ahorro interno (…) está por debajo del 12%, y las necesidades de inversión, para poder crecer a una tasa razonable, necesitas 25% (…) ¿Qué significa eso? Significa que tienes que atraer recursos externos como base para promover tu desarrollo. ¿Y quién te da esos recursos? Los multilaterales, sí, pero eso es chico; lo más importante es el acceso a los mercados de capital para lo cual tienes que tener calificaciones de riesgo que sean apropiadas, cosa que no sucede en este caso (…) y luego está la inversión extranjera directa, que es fundamental (…)

No tenemos que ser dogmáticos, tenemos que ser pragmáticos. Pragmatismo significa buscar las mejores opciones para una región, un país y tener la apertura de dialogar con todos. No tomando posiciones dogmáticas de ninguna naturaleza. En estos pleitos que hay a nivel mundial debemos ser muy cautelosos: respeto a los derechos humanos, respeto a la institucionalidad democrática, a la separación de poderes, respeto a las opiniones diversas que pueda existir en otros países. Es un trabajo que hay que internalizar en el país.

Aquí no hay magia, estos son procesos que requieren conciencia, seriedad y un profundo fervor y amor a la patria.

CD.- ¿Cómo se atrae la inversión extranjera en esta coyuntura? ¿Cambio de normas, cambio de políticas…?

EG.- El principio fundamental para atraer inversión extranjera es que haya estabilidad, haya normas claras y precisas (…) En China, no obstante que es un régimen comunista, las reglas del juego son claras, los inversionistas por eso han ido. No puedes cambiar las reglas cada rato. Además, debe haber también una clara separación entre las funciones del sector público y del sector privado. El sector privado es muy importante y el sector público tiene que abocarse a crear el espacio de reglas de juego claras e invertir en áreas que no las van a hacer otros, pero no invertir en áreas que pueda hacer la inversión privada.

CD.- A propósito de China, ¿cuán potente está su moneda respecto al dólar? Le pregunto esto ahora que estamos preocupados por la escasez de divisas.

EG.- La falta de dólares que hay en el país, como ha pasado en varios países, es muy delicada porque es la moneda con que se transa y para resolver eso tienes que tener un marco de políticas que te aseguren acceso a los mercados de capital o que te puedan dar recursos de afuera, pero para eso necesitas hacer los ajustes en la política económica y la visión que des de seguridad en un país… No es Bolivia, eso pasa en todos los países. O sea, es un momento difícil, pero no hay que desesperarse, hay que más bien predicar: “Encuéntrense, dense la mano, dense un abrazo, pensando no en las personas, sino en los países”.

CS.- ¿Cuál es su visión sobre el estado de la deuda externa?

EG.- La deuda externa evidentemente ha subido, pero en términos relativos…, está como en 31, 32% del PIB (…) Tenemos que recordar que Bolivia tuvo factores muy importantes que vienen de atrás. Uno, los descubrimientos de gas; los contratos que se firmaron con Argentina y con Brasil a fines de la década de los 90 y principios de este milenio; tercer elemento, Bolivia era en ese momento país de bajos ingresos, con lo cual fue elegible al programa HIPC de perdón la deuda. Entonces, si comparas la deuda externa que quedó después del HIPC y ves la deuda ahora, dices “¡Buh, qué barbaridad!”, pero si comparas el porcentaje de deuda externa de Bolivia con el promedio de América Latina y con otras regiones del mundo está manejable. Pero el problema es que inclusive en esos niveles no tienes los suficientes recursos y lo más complicado es que no tienes acceso suficiente a nuevas fuentes porque la calificación de riesgo que tiene Bolivia está muy baja.

CS.- El país ha apostado durante la última década a los hidrocarburos. ¿A qué debíamos apostar ahora?

EG.- Lamentablemente la bonanza de los hidrocarburos pasó. Varios factores: primero, no se hizo la inversión suficiente en exploración, etcétera, pero también hay un cambio en la estrategia energética mundial. Ahora hay que ver –esto no se hace de la noche a la mañana– cómo se reactiva el sector mientras se pueda (…)

Hay que pensar una estrategia, no solo hablar de “hay dólares, no hay”. ¿Qué vamos a hacer a futuro? El litio es una posibilidad, pero para volverse realidad necesita muchos años, eso no es para mañana, pero hay que moverse en eso y hay campos nuevos en la agroindustria y, desde luego, el turismo y otras cosas, pero necesitas –vuelvo al punto central– una visión holística, integral, no parches, pero para eso tienes que tener acuerdos.

No es meramente que el Gobierno hace un plan en un país; tiene que ser algo concertado, entre país, regiones, sector privado, sector público, trabajadores.

Yo veo que tenemos un gran desafío en Bolivia, pero hay que dar señales claras, hay que tener relaciones internacionales abiertas, atraer, que vengan recursos (…), reinsertar los procesos de integración, atraer recursos y adecuar las políticas para que Bolivia sea competitiva.

Pero eso requiere una acción. Hay que ser no totalmente pesimista, hay que estar preocupado, pero con una preocupación que incentive a moverse en la dirección de búsqueda de soluciones de consenso.

CS.- ¿En cuánto tiempo superarán América Latina y el país este momento?

EG.- Superar totalmente eso toma tiempo, pero lo crítico es que haya la percepción de que estás actuando en la dirección correcta. Por más de que no resuelvas todo en un día y además muchas de estas políticas que se toman pueden tener un efecto inmediato difícil.

Ya ha pasado esto: Bolivia ha tenido historia en esta materia. Recordemos como en los años 50 hubo la primera hiperinflación en el gobierno del doctor (Víctor) Paz y el doctor (Hernán) Siles Suazo fue quien en forma muy valiente hizo el programa de estabilización más ortodoxo –increíble- y salvó y restableció la estabilidad, que fue la base para que la década de los 60 y parte de los 70 Bolivia tenga un crecimiento alto. Y la ironía del destino, 25 años más tarde, viene el doctor Siles y hay la hiperinflación y quien resuelve el problema es el doctor Paz; por ejemplo lo que se hizo en la estabilización de los años 85 es algo muy valiente, pero ¿cómo lo hicieron? Lo hicieron porque llegaron a acuerdos entre enemigos de antes y eso ha sucedido varias veces (…) Hay historia, pero tienes que tener la voluntad y la certeza de que solos no puedes resolver los grandes problemas.

NORMAS CLARAS

«El principio fundamental para atraer inversión extranjera es que haya estabilidad, haya normas claras y precisas (…) No puedes cambiar las reglas cada rato. Además, debe haber también una clara separación entre las funciones del sector público y del sector privado”.

DEUDA EXTERNA

«Si comparas el porcentaje de deuda externa de Bolivia con el promedio de América Latina y con otras regiones del mundo está manejable. Pero el problema es que no tienes los suficientes recursos y (…) no tienes acceso suficiente a nuevas fuentes”.